Las consecuencias de estar solo, de no socializar, afecta la moral y las vidas de las personas mayores. Las parejas no son tan aisladas como pueden ser los solteros o viudos, por lo tanto, la falta de compañía no es tan fuerte. Los solteros o viudos, principalmente los que viven solos, muestran que, al no tener una compañía diaria, es una gran preocupación. Sintiéndose solos, presentan sentimientos pasivos, cansados, aburridos y esto es lo que generalmente los lleva a una depresión.
Sea cual fuere el caso, en pareja o sin compañía, es necesaria la relación social. Los matrimonios de gente muy mayor ya han encontrado el equilibrio entre el estar acompañados y su tiempo de socializar; los solteros definitivamente muestran una fuerte necesidad de socializar. Por lo cual, los centros gerontológicos o centros de día cobran una importancia primordial.
Las personas adultas mayores es suficiente con los achaques de la edad y salud como para hacerlo consciente de su edad, además tienen que atribuirse la actitud del medio ambiente social, con respecto al envejecimiento.
Es la actitud predominante de los demás y no los propios deseos o la pérdida de facultades, aquello que obliga con frecuencia, a adoptar un comportamiento “adecuado a la edad”. Hay que dejar a las personas mayores vivir su vejez en paz y como ellos lo desean.
Si preguntamos a las personas a qué edad se “sintieron viejos”, obtendremos diferentes respuestas. Sabemos que al hablar de envejecimiento, no sólo involucramos aspectos físicos y biológicos, sino también aspectos sociales.
La sociedad puede ejercer efectos nocivos e influir desfavorablemente en la capacidad de las personas adultas mayores.
El mantenimiento de un rol social satisfactorio y pleno de sentido puede contribuir a la longevidad al proporcionar ejercicio físico, estimulación intelectual, relaciones sociales que gratifican y apoyan, y una motivación general que le impulsa a uno a cuidar de sí mismo y asentar la longevidad.
El mayor tiempo que el individuo invierte en contacto con la sociedad después de la jubilación, es más positivo el cambio en la satisfacción cotidiana. El involucrarse con la sociedad da reconocimientos al individuo, similares a los que recibía en su trabajo.
Es muy común en las familias mexicanas vivir con personas adultas mayores, con el abuelo, la abuela, quizá los papás muy mayores, un tío, una tía, porque no quieren que vivan solos, o por el gusto de que un mayor viva en casa.
Es muy importante la convivencia en familia, pero resulta aún más importante, el que ellos asistan a realizar actividades a un club o centro de recreación. Al principio, los familiares piensan que para ellos va a ser muy difícil, que no se van a poder adaptar, que se van a poner tristes o a deprimir y resulta que es todo lo contrario. Les gusta llegar al club, a sentarse a platicar son sus compañeros y amigos, a jugar dominó, cartas, lotería; a presumir lo que hacen los nietos, o los hijos, a presumir que se fueron de vacaciones con toda la familia.
Durante el mes de abril y mayo invitamos a todas las personas adultas mayores, a asistir al Centro de Día Vista Hermosa, con un descuento del 50% en el pago de la inscripción, y que pasen un día sensacional en compañía de personas de su misma edad, que vivieron algunas experiencias muy similares y que tienen ganas de seguir disfrutando de la vida ¡En Grande!