Aún pensando también en aquellos que tienen una muerte natural, sufren de una paupérrima calidad de muerte.
En el mundo, pocos países se han preocupado y ocupado porque las personas tengan una excelente calidad de muerte, o que se cuente con una provisión de cuidados paliativos, o que se tenga acceso a tratamientos médicos especiales para mitigar el dolor, o clínicas especializadas en enfermos terminales.
En los diferentes sistemas de salud no se tiene contemplado un programa tanatológico para enfermos terminales, o para enfermos en general que se encuentran saliendo de una enfermedad grave. En México, tampoco existen organizaciones de caridad o asociaciones filantrópicas para dar apoyo a pacientes terminales. En otros países, como Inglaterra, Irlanda, Bélgica y Nueva Zelanda, cuentan con una red de asistencia de hospiss, que son lugares especializados en el cuidado en el fin de la vida.
En México no existe cultura sobre la muerte, la muerte sigue siendo considerada como tabú, es un estigma en nuestra cultura.
Para una calidad de muerte es muy importante tener acceso a fármacos que ayuden, precisamente a mitigar el dolor. Además, tanto el personal médico, como enfermeras y cuidadores, carecen de entrenamiento adecuado para dar atención a personas que están en la fase final de una enfermedad.
Hablando sobre personas adultas mayores específicamente, la gente cree que ellos no sienten dolor y que posiblemente, por su edad, estén preparados para enfrentar a la muerte, bajo cualquier circunstancia.
Aquí en Cuernavaca, se ofrece un Diplomado en Tanatología, y está dirigido a todas las personas que quieran prepararse para su propia muerte y la de sus seres queridos.
Desafortunadamente, la cultura sobre este tema, no permite que la gente conozca más sobre todo lo que conlleva el término de la muerte.
Para todas las personas que están sufriendo y todas las que sienten temor ante la proximidad de la muerte, deben tomar conciencia de la inminencia de la muerte y comprender mejor lo que es la vida, disfrutándola más plenamente, pensando que, en un tiempo, que no sabemos exactamente cuándo se va a terminar.
Hemos comentado acerca de la mejor calidad de vida para nuestros adultos mayores, ¿Cuál es la mejor calidad de vida para ellos? Y ¿cuál es la mejor calidad de muerte para ellos?
Desde pequeños debiésemos saber, cómo queremos que sea nuestra muerte, porque es lo único que tenemos seguro: un principio y un fin, y si podemos decidir y escoger, si es que llegamos a viejos, como desearíamos que fuese, por ejemplo, nuestro funeral, o si queremos que nos incineren y nuestras cenizas las lleven a depositar a un bosque, al mar; si no deseamos sufrir por una enfermedad crónica y degenerativa y también es importante conocer los derechos básicos de un enfermo grave o en fase terminal, que son:
- Recibir la atención y cuidados necesarios hasta el último momento.
- Saber la verdad de la enfermedad y las consecuencias del tratamiento.
- Ser tratado como un ser humano con respeto y dignidad.
- Participar en las decisiones de los cuidados y tratamientos que nos van a dar.
- Expresar los sentimientos y preocupaciones a aquellos que nos rodean.
- A no tener dolor si hay posibilidad de quitarlo.
- A tener esperanza sin que nadie nos la quite.
- Recibir manifestaciones de apoyo emocional por nuestros seres queridos y por los demás.
- A tener apoyo espiritual de acuerdo a nuestras creencias.
- A morir en forma natural y en paz.
- A morir con consideración y respeto hacia uno y sus familiares.
- A no morir solo, que haya alguna persona junto a nosotros.
- Que traten a nuestro cuerpo con delicadez y respeto una vez que hayamos fallecido.