Sabemos que en la República Mexicana, el 10% de la población son personas adultas mayores y que para el 2020 seremos el 25%. También sabemos que sólo contamos con menos de 400 geriatras, médicos especialistas en la atención de viejos, y hoy por hoy se requiere de especialistas encargados de mejorar la calidad de vida de los ancianos.
En Cuernavaca contamos con tan solo 5 geriatras certificados, es decir, que cada uno de ellos debería atender a 36 mil pacientes adultos mayores.
Un punto muy importante para tener un envejecimiento saludable es promover espacios diseñados especialmente para personas adultas mayores, como son las residencias geriátricas y los clubs de día, para que acudan a diferentes actividades y evitar el sedentarismo, entre otros objetivos.
En México este concepto todavía no está muy claro, ya que sigue predominando el concepto de asilos, donde no se cuenta con programas de actividades que inviten a las personas adultas mayores, acudir a dichos centros.
Los centros gerontológicos y casas de abuelos les permiten mantenerse actualizados para que, cuando regresen a casa, haya una convivencia familiar y puedan comunicarse con los otros adultos no tan mayores e incluso con los jóvenes, y se pueda romper esta brecha inter-generacional existente.
El generar convivencia entre personas de la tercera edad, los ayuda a mantenerse activos, y al mismo tiempo saludables. Debe enfocarse la integración de este sector poblacional en la vida familiar y social y que los familiares adquieran la responsabilidad moral de cuidarlos, hacerlos parte de la vida diaria y ocuparse de ellos en todos los aspectos.
Cuando se toma la decisión de llevar a un adulto mayor a un centro geriátrico, la familia debe permanecer vinculada con el adulto mayor y no deslindar la responsabilidad de continuar atendiéndolo y no solamente desde el punto de vista económico sino moral.
El reto actual es procurar la inclusión y la participación de las personas adultas mayores en la sociedad, permitir que contribuyan más eficazmente en sus comunidades y mejorar constantemente los auto-cuidados y la atención médica de las personas adultas mayores.
También sensibilizar a la población de la importancia de este cambio demográfico a nivel mundial, conociendo los principios elementales del manejo de adultos mayores desde el punto de vista gerontológico, psicológico y social, así como los cambios anatómicos y fisiológicos que ocurren en el envejecimiento.
Las personas adultas mayores deben aprender que cuando eran niños acudían con el pediatra y que después de los cincuentas, todas las personas deben acudir con el geriatra, y si lo requiere, éste los remitirá con algún otro especialista.