Con ello regresaron los congestionamientos viales, el polvo y la anarquía en el Centro de la ciudad, al no haber una estrategia de tránsito para evitar aglomeraciones de vehículos, los cuales toman cualquier calle en busca de una salida rápida, pero acaban entrampados debido a que los demás hacen lo mismo. Luego de la primera etapa, la circulación de vehículos de norte a sur sobre la avenida Reforma, llega hasta la calle Virginia Hernández, donde se desvía a la derecha para tomar Francisco I. Madero, calle de Ayuntamiento y vuelve a retomar la vialidad doblando a la izquierda por la avenida Defensa del Agua.
Lo anterior, ocasiona una enorme congestionamiento vial porque no hay elementos de tránsito que distribuyan a los vehículos desde la parte norte para aprovechar las avenidas Insurgentes, José María Morelos o el bulevar Libertadores. De esta manera, tanto los autobuses de pasajeros, el transporte colectivo, taxis y particulares, tratan de circular por el mismo lugar colapsando la vialidad a cualquier hora del día.
Para los prestadores de servicios, esta falta de presencia de la autoridad municipal sigue ocasionando afectaciones a la actividad comercial y turística, sin embargo, dijeron estar dispuestos a soportar lo que falta, debido a que la obra es necesaria aunque se lleve a cabo sin la debida planeación.