De acuerdo con habitantes de la localidad que pidieron no proporcionar sus nombres, aseguran que por primera vez en décadas, esta feria tradicional fue afectada por la inseguridad, pues días antes de su inicio grupos delictivos lanzaron amenazas en contra de funcionarios del Ayuntamiento mediante una manta y dejando un cuerpo decapitado en pleno centro.
Aseguran que la programación de grupos musicales que hacen apología de la violencia, también contribuyó al clima de tensión que se vivió durante el festejo, que aunque su objetivo inicial era religioso, fue rebasado por los eventos organizados por la comunidad en los que se hace derroche de alcohol.
Aún y con la presencia de la policía del Mando Único, de la Policía Federal y el Ejército, la población no se sintió segura. Destacaron que de siete eventos de jaripeo y bailes, únicamente se realizaron dos, cancelándose los demás por la falta de seguridad.
Señalan que el único baile que se realizó, fue el que pagó el presidente municipal José Manuel Tablas el 25 de julio con Los Buchones de Culiacán, al que únicamente asistieron alrededor de 500 personas, cuando en años anteriores el baile es abarrotado por alrededor de cinco mil asistentes. Agregan que posiblemente la ausencia de asistentes se debido a que este grupo en sus interpretaciones hace apología de la violencia.
El otro evento que se realizó, fue un jaripeo con la ganadería del diputado local Isaac Pimentel el sábado pasado, pero el baile final del domingo con Fidel Rueda, también fue suspendido, presuntamente porque no se garantizó la seguridad para los grupos musicales por parte del Mando Único, agregan los vecinos.
A la fecha, las autoridades municipales no han fijado su postura respecto al fracaso de los bailes populares, de igual manera tampoco las autoridades religiosas no han informado acerca de la disminución de las peregrinaciones a esa localidad donde se celebra a Santiago Apóstol.