El exgladiador morelense registró entre sus palmarés la incógnita del Águila Venezolana y Águila Imperial; debutó como Thunder Bird y su trayectoria la forjó en la entidad y estados vecinos, en el bando rudo
Recordar es volver a vivir. Hace 15 años cerró sus puertas la Arena Isabel y el próximo mes estaría cumpliendo 71 años de vida, por lo que La Unión de Morelos se dio a la tarea de conversar con uno de los luchadores de la entidad de la década de los años 80, y es el exgladiador Terror Ciego, quien durante más de 15 años entregó su vida a la lucha libre.
En 1976 hizo su debut con el personaje de Thunder Bird, sin embargo, no duró mucho tiempo con este nombre. Fue con el nombre de Terror Ciego que impulsó en su carrera, la cual duró 15 años y ganó la máscara del Águila Venezolana y la cabellera de Sombrita Morelense.
La afición por el deporte llevó a Víctor Manuel Trejo Colín a comenzar a entrenar, y un breve paso por la Arena Isabel fue como inició su trayectoria en el pancracio. Sus maestros fueron el Mexicano y Tartu El Brujo, quienes lo guiaron y fueron un referente para el exluchador del bando rudo.
“Mi personaje como Terror Ciego me lo apadrinó Ultratumba I, y mi entrenador fue el Mexicano y Tartu El Brujo. Mi trayectoria fue en el Pabellón Azteca, en Ciudad de México; por el estadio Azteca, en Cuautla, en Puebla, Iguala y Taxco fue donde más sobresalí; en la Isabel estuve poco tiempo”, señaló el exluchador, quien se retiró a principios de la década de los años 90.
Una de las tapas (máscaras) que tiene en sus vitrinas es la del Águila Venezolana, duelo que ganó en el parque Revolución en Cuernavaca.
En Cuautla, el Terror Ciego fue donde más estuvo luchando, además del Pabellón Azteca, en Ciudad de México. En sus experiencias, pudo conocer en persona a Blue Demon, Estrella Blanca, el Matemático y Huracán Ramírez, satisfacción que le quedó como una bonita experiencia, al compartir vestidor en las funciones.
Con mucho cariño y respeto recuerda el Terror Ciego a la lucha libre, disciplina que tuvo que dejar debido a lesiones en ambas rodillas, pero que siempre entregó cuerpo y alma a este bello deporte, que le dejó grandes vivencias que nunca olvidará y que quedarán grabadas en su memoria.