Los detalles los vamos a conocer juntos seguramente en otros espacios, ya sea una nota o una columna, pero en la mera víspera del famoso 7 de junio, qué bueno que en lugar de la espera de dónde es el desayuno, el discurso o el guateque, se tome una decisión contundente. Vital de esta acción es que ha pasado el filtro de la Comisión Independiente de Derechos Humanos que encabezan Julia García Quintanilla y Pepe Martínez Cruz, y esta pareja de luchadores a quienes los morelenses conocemos de siempre, no se prestan a acciones anómalas. Esa es una de las razones que nos tranquilizan. Fue además la Comisión Estatal de Derechos Humanos, respetable, útil, pero su formato de cambios en titulares le resta continuidad y se pierde en asuntos fundamentales.
Con la discreción de siempre pero firmes como son, la sola presencia de Martínez Cruz por ahí, cerca de los periodistas, genera una confianza que con el paso del tiempo cobrará mayor fortaleza. Sabemos lo que decimos porque hay pocas instituciones o personas por las que más de 100 morelenses meterían las manos al fuego, y la CIDH es una de ellas, mientras que en lo particular la singular pareja de luchadores sociales Julia y José no requiere de mayores palabras. Ya habrá tiempo de refrendar sus valores, aunque es tal su calidad que en nada lo necesitan: todos saben lo que son.
Bien los periodistas que ven por todos no sólo por su agrupación que es una de las más activas –no vamos a poner el nombre de uno solo porque es irrespetar a muchos más que hacen lo que gente como el que escribe realizaba hace 25 y 30 años con poco éxito--, bien por el gobernador Marco Antonio Adame Castillo que, siendo nada más reales, ha sido respetuoso del ejercicio de los periodistas en este periodo como gobernador y durante su vida particular y política. Es gente de valores. Bien por el Poder Judicial. Por la CEDH, por el IMIPE. Se han dado un plazo para el aterrizaje, pero el paso decisivo lo han dado. Es un avance relevante que va a beneficiar al gremio informativo en días de zozobra como los que vivimos los mexicanos en el territorio nacional. Nadie se escapa, pero los informadores han sido vulnerados en forma artera en entidades donde no hay siquiera una intención de protegerlos.
En Morelos no podemos hablar de saldo totalmente blanco, pero a ello aspiramos, por lo tanto agradecemos primero, felicitamos después y damos un abrazo a los colegas que años llevan buscando mejorar los derechos del periodista. Ahí están siempre, dándose tiempo por los demás. Gracias.
Hoy se dan varios eventos de los periodistas, muchos desayunos y comidas, seguramente unos traguitos por la tarde y noche. El querido colega Teodoro Rentería con otro grupo de colegas entusiastas, estarán en el Monumento al Periodista de la avenida Tepanzolco. Seguro que van a hablar fuerte y claro. Y hay más. No es por el día, que tiene un origen hasta vergonzoso por los pedigüeños dueños de medios de principios de los años cincuentas, pero un 7 de junio es pretexto bueno para arreglar algunos pendientes con instituciones y personajes de poder.
También, claro, para reconciliaciones entre soldados del mismo gremio.