Por el puente vacacional, la Fiscalía General del Estado (FGE) pospuso la apertura de la fosa de Jojutla, para la extracción y la toma de muestras biológicas a 35 cuerpos que están en calidad de desconocidos y realizar nuevas pruebas de identificación genética.
La fiscalía estatal, a través de un comunicado, informó que por ser el 20 de marzo día inhábil, se consensuó con las instituciones participantes y organizaciones de víctimas aplazar sólo por 24 ahora la apertura de la fosa.
“Por acuerdo de quienes participarán en las labores de exhumación de los restos del panteón municipal de Jojutla, se asumió que se iniciarán este martes 21 de marzo. En encuentro sostenido en dicho cementerio hoy (miércoles) al medio día, se consideró posponer la fecha debido a que el lunes 20 es inhábil”, comunicó la FGE en su escueto comunicado.
La apertura de esta fosa se ha aplazado al menos en cuatro ocasiones y se espera que ahora sí se lleven a cabo los trabajos de exhumación y toma de muestras a los 35 cadáveres, así como la reinhumación digna de los mismos en el panteón Jardines del Recuerdo, en el municipio de Cuautla.
Por lo pronto, las autoridades sanitarias han vacunado al personal de las instituciones que participarán en la extracción de los cuerpos y a los reporteros de los diversos medios de comunicación que darán cobertura al hecho.
La apertura de esta segunda fosa se logró gracias al caso de Oliver Wenceslao Navarrete Hernández, quien fue secuestrado y asesinado por sus captores, y pese a que la familia reclamó el cuerpo, fue sepultado por la fiscalía ilegalmente en la fosa de Tetelcingo.
Su familia emprendió una lucha jurídica y social no sólo para recuperar el cuerpo del joven, sino para ayudar a las miles de familias a encontrar a sus seres queridos desaparecidos. A esta lucha se unieron diversas organizaciones de víctimas y la propia Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).
A finales de mayo de 2016 fueron inhumados 117 cadáveres, a los cuales se les tomaron nuevas muestras y, en total, han sido entregados a sus familias seis cuerpos, entre ellos el de Oliver.
Con la apertura de la fosa de Jojutla se espera que se apliquen los mismos procedimientos y se determine si se aplicaron los protocolos de inhumación o hubo irregularidades, como ocurrió en el caso Tetelcingo, y que otros cuerpos ahí sepultados puedan ser identificados y entregados a sus familias.