La magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), María del Carmen Verónica Cuevas López, cumple este miércoles su primer año de gestión en medio de presiones sindicales, una crisis financiera y reclamos de abogados por los ajustes en los juzgados.
En el Salón de Plenos presentará su primer informe de actividades, al cual han sido invitados representantes de los tres Poderes del Estado, organizaciones civiles y de abogados vinculadas a la administración y procuración de justicia.
A diferencia de sus predecesores, Cuevas López culmina su primer año de gestión en medio de una relación tirante con la dirigencia del Sindicato Único de Trabajadores del Poder Judicial, que exige el aumento de salarial correspondiente al contrato de trabajo 2017 e incremento en el presupuesto para prestaciones del comité sindical y la base trabajadora.
Además, permanece en la incógnita si habrá negociación o no respecto al aumento salarial del año 2016, el cual no se concretó debido al relevo en la presidencia del TSJ y a la supuesta falta de presupuesto para atender las aspiraciones de los trabajadores de base.
También durante los últimos meses la magistrada ha recibido críticas de algunas organizaciones de abogados por los recientes cierres de juzgados menores en la zona sur, ajustes en otros juzgados y exigencias a los litigantes para recibir notificaciones.
A esto se suma la crisis económica que atraviesa el TSJ, porque no recibió incremento de recursos y el Poder Ejecutivo no respondió a las solicitudes de ampliación de presupuesto para hacer frente a los pasivos de la institución y a la cascada de jubilaciones aprobadas por el Congreso.
Incluso, el tribunal impugnó ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación varias decenas de decretos pensionarios, como una medida de presión para que los poderes Legislativo y Ejecutivo autoricen una partida adicional al TSJ para hacer frente a sus obligaciones laborales.