Era claro que el candidato era Jorge Carrillo Olea, advierte Rodolfo Becerril, en aquel momento diputado federal y precandidato en ese proceso al Senado de la República, al realizar un recuento de cómo se vivió la última elección local organizada y sancionada por el gobierno, el 20 de marzo, 3 días antes del asesinato del candidato priista a la presidencia de la república Luis Donaldo Colosio Murrieta y a poco más de 100 días de la aparición del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas, y que tuvo como impacto inmediato la intención de algunos grupos locales de simpatizantes de aquella causa de impulsar a Mateo Zapata como abanderado a la gubernatura.
El propio descendiente del Caudillo del Sur, Emiliano Zapata, a quien le usufructuaron el nombre, para identificar aquel movimiento, tuvo que anunciar en su momento que le había asegurado al presidente Carlos Salinas de Gortari, al candidato priista Jorge Carrillo Olea y al gobernador Antonio Riva Palacio que no sería candidato, lo que el gobierno determinó utilizar como una declaración de los hijos del caudillo contra aquella movilización, que colisionó con el ingreso formal de México a la Organización del Tratado de Libre Comercio, Canadá, Estados Unidos y México, el primero de enero de 1994, a pocas semanas de que iniciara la campaña formal para la elección local de Morelos.
Luego de que el PRI recuperó en Morelos lo que había perdido en 1988, los grupos de Antonio Riva Palacio y Lauro Ortega continuaron teniendo diferencias, y en Morelos comenzaron a aparecer algunos personajes que luego serían identificados como parte de la avanzada que impulsaba la llegada de Jorge Carrillo Olea, que trabajaron para construir una presencia y un arraigo en la entidad de alguien que era desconocido para la mayoría de los electores.
Jorge Carrillo Olea tenia 56 años y contaba con un acta de nacimiento que advertía que vio la primera luz en Jojutla, es militar egresado de la Escuela Superior de Guerra y se desempeñó durante más de 30 años en el gobierno federal, es licenciado en Administración Militar, colaboró en el Estado Mayor Presidencial, fue subsecretario de investigación y ejecución fiscal de la Secretaría de Hacienda, director de Astilleros Unidos del Pacífico, subsecretario de Gobernación, director del Centro de Investigación en Seguridad Nacional y coordinador de Atención de los Delitos Contra la Salud.
La razón por la cual las intenciones de desplazarlo de la nominación a la gubernatura fueron desechadas por algunos, era su cercanía con el presidente Carlos Salinas. Prueba de ello fue que para integrarlo a la Procuraduría General de la República junto a Jorge Carpizo, se realizó una modificación “fast track”, a la ley orgánica de la dependencia, para eliminar el requisito del título de licenciatura en Derecho para poder ser el responsable del combate al narcotráfico. Dejó de ser una Subprocuraduría y se convirtió en Coordinación.
Ésta fue la última ocasión en la que se determinó en Los Pinos quien sería el gobernador de Morelos; lo mismo había sucedido con los gobernantes anteriores, y es que así funcionaba el sistema. Rodolfo Becerril recuerda sobre su designación al Senado, que como diputado federal logró ser secretario de la Gran Comisión y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores. Desde ahí pudo buscar el apoyo de los sectores campesino, obrero y popular, al que pertenece, así como también el apoyo de la presidenta de la Gran Comisión de la Cámara de Diputados, María de los Ángeles Moreno y del candidato priista a la presidencia Luis Donaldo Colosio.
A sugerencia de María de los Ángeles, buscó al coordinador de la campaña de Colosio, Ernesto Zedillo, para también hacerle saber su inquietud; recuerda que con éste tuvo la oportunidad de sostener una larga plática sobre temas priistas; también platicó con el gobernador saliente Antonio Riva Palacio y con el que ya estaba señalado como candidato a gobernador, Jorge Carrillo Olea.
Su inclusión en la lista definitiva de candidatos se la confirmó el secretario particular de Zedillo, y de la diputada María de los Ángeles Moreno finalmente se lo confirmó el propio Riva Palacio.
La determinación de su compañero de fórmula el líder cetemista Manuel Montalvo Medellín, la recuerda como parte de un acuerdo nacional entre la central obrera y el CEN del PRI. Se benefició de un enroque al interior del partido. Tenía como antecedentes una regiduría en Cuernavaca y una diputación local.
LA DEFINICIÓN DE LAS CANDIDATURAS.
En las boletas para elegir gobernador el 20 de marzo de 1994, aparecían Luis Miguel Santamaría Morales, por el PAN; Jorge Carrillo Olea, por el PRI-PARM-PFCRN; Julián Vences Camacho, por el PRD, y Sergio Gil, por el PPS-PT; a Luis Miguel Santamaría lo designaron en una asamblea los propios panistas, quienes recuerdan que en aquella época sabían que eran “Presencias Testimoniales”, que no veían una posibilidad de triunfo; según Adrián Rivera, se define como una oportunidad de participación a los militantes, y bajo ese esquema se determinó que el abanderado fuera Luis Miguel Santamaría, quien no perteneció al grupo universitario “Centella y Luz” que contendió por algunas posiciones en la Federación de Estudiantes Universitarios de Morelos de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.
En este grupo participaban jóvenes de las Facultades de Química y de Medicina, así como de la preparatoria nocturna, que no simpatizaban con las ideologías de izquierda que tenía la mayoría natural en la década de los setentas; de esas escuelas egresaron Marco Adame y José Raúl Hernández, entre otros. Por ello, cuando Jorge Carrillo Olea incluyó a sus adversarios en su gobierno, Luis Miguel Santamaría aceptó ser director del Instituto de la Vivienda y por ese motivo fue expulsado del instituto político que lo nominó. Fue una medida disciplinaria, recuerda Adrián Rivera, no consultó a la dirigencia que encabezaba Hernández Ávila. En esa elección, el candidato panista logró 36 mil 500 votos, el 8.75 por ciento del total.
En la fonda de Doña Tomy, del mercado de Jojutla, el presidente del Partido de la Revolución Democrática, Porfirio Muñoz Ledo, “mientras reparaba los estragos de la noche anterior”, le anunció a Julián Vences Camacho, que él sería el abanderado del PRD a la gubernatura. El nativo de Jojutla le dijo que el diputado Gumercindo Toledo tenía la intención y que el estaba dedicado a la dirección de “El Correo del Sur”, publicación regional que no estaba dispuesto a dejar.
Cuenta Vences Camacho cómo el líder perredista le pidió que lo acompañara a Puente de Ixtla, siguiente punto de la gira de 2 días que realizaba a la entidad y que en el trayecto lo acabaría de convencer, “Me subí a la camioneta y se quedó dormido”, recuerda sonriente; fueron negociaciones de varias semanas. En la última reunión recuerda que advirtió “me van a poner una chinga” y negoció que sería incluido en la lista plurinominal federal, aunque él pedía ir en primer lugar en la de diputados locales. El líder nacional no aceptó bajo el argumento de que eso no era aceptable en una estructura democrática. Las negociaciones siguieron ya que en el quinto lugar de aquella lista estaba integrada su esposa, desde antes de su nominación. Por lo cual él la sustituiría puesto que tampoco era prudente que los dos fueran candidatos.
Vences Camacho fue candidato a gobernador en marzo y a senador en primer lugar de la fórmula en agosto. Recuerda que en esa lista quería ser incluido en la primera posición Graco Ramírez, quien participó en la segunda posición, y así se cumplió el acuerdo con la dirigencia nacional.
(La importancia de la posición en la lista de la candidatura se dio en esa contienda, ya que fue la primera vez que ingresaron los senadores de primera minoría y que componen quienes obtienen el segundo lugar en cada estado) Según Vences Camacho fue orden de Carrillo Olea que se aplicara la “Operación Tamal” a favor del PAN para así evitar que llegara al senado desde Morelos el perredista que lo enfrentó en la contienda local y se negó a aceptar un empleo en su gobierno.
“Encontramos rollos de boletas cruzadas a favor del PAN tiradas en Jojutla”, recuerda el perredista, al asegurar que fue durante un debate en el que comparó a Carrillo Olea con Héctor Lechuga, el conductor del programa “Ensalada de Locos”, lo que le ganó la animadversión permanente del que en el momento de la elección federal ya era gobernador de Morelos.
En la campaña local de 1994, se realizaron por primera vez en todo el territorio nacional los debates entre candidatos, fueron 4: derechos humanos, democracia y procesos electorales, política y desarrollo municipal y finalmente problemas del campo y alternativas de solución; se realizaron el 17 y 24 de febrero y el 3 y 10 de marzo.
Al Senado arriba como representante de la primera minoría el panista Javier Alvarado Ibarez, quien fue registrado para cubrir el protocolo. Los panistas de esa época no consideraban la posibilidad de quedar como segunda fuerza en la entidad, reconocen por separado José Raúl Hernández y Adrián Rivera.
El actual senador recuerda: “Se da por coyuntura, ¿quién se quería lanzar de senador? Nadie. Entonces se habla con Alvarado Ibarez y el dice yo me aviento el tiro. Otro compañero de Puente de Ixtla dice que quiere participar, y José Luis del Valle dice yo voy. Todos estamos de acuerdo en que él fuera, y se da el proceso de campaña”, agrega Rivera Pérez. “En el Salón de Baile del Casino de la Selva, ante 300 militantes, a Del Valle lo presenta Jesús Antonio Tallabs Ortega. En la primer ronda los resultados favorecen a Alvarado, aun cuando el acuerdo era que fuera Del Valle, aunque todos estábamos en el entendido de que ganaría José Luis, y no gana”. En algún periódico apareció la rabieta de Del Valle, hace un paréntesis el legislador.
“Los tranquilizan y se da la segunda ronda entre ellos dos. Ahí comienza la actitud negativa que molestó a los militantes. José Luis mantiene su presentación de testimonio y Alvarado Ibarez exige ir por el triunfo con un discurso más emotivo, gana”. Concluye al señalar, “yo andaba en México, cuando me informaron que ganamos la senaduría y así le avisé a Alvarado Ibarez”.
De marzo a agosto de 1994, el PAN incrementó su votación de 35 mil sufragios a 130 mil, lo que los convirtió en la segunda fuerza de acuerdo con la contienda federal.
LEGITIMAR AL UNGIDO
Funcionario federal de carrera, considerada como la cobertura de la cuota castrense que implicaba la presencia de cuando menos un gobernador de origen militar, hombre de confianza del presidente que concluía su gestión, Jorge Carrillo Olea era desconocido como priista y morelense en la entidad; los locales consideraban que Ángel Ventura Valle, integrante del grupo de Antonio Riva Palacio, en cuyo gabinete participó como secretario de Programación y Finanzas y que además estaba en el Senado desde 1991, tenía mayores merecimientos como miembro activo del tricolor y como morelense para conducir a la entidad en el sexenio 1994-2000.
Antonio Riva Palacio había construido una sólida estructura política local; sólo habían quedado fuera de esa estructura algunos de los integrantes del Grupo Universitario de Morelos, Asociación Civil, (GUMAC), integrado por ex líderes de la Federación de Estudiantes Universitarios, entre ellos Víctor Saucedo y Jorge Made Ocaranza, quienes acudían con cierta frecuencia a dialogar sobre Morelos con el alto funcionario de la Procuraduría General de la República, quien iniciaba una serie de reuniones privadas para conocer y ser presentado con algunos sectores.
En una ocasión convivió con algunos comunicadores locales quienes en ese momento le fueron presentados. La cita se dio en la casa de Javier Hernández Ruiz y la justificación era reconocer la trayectoria de Lya Gutiérrez Quintanilla, corresponsal en Morelos del periódico El Universal, que acababa de recibir el premio Estatal de Periodismo. Así iniciaba su proceso de acercamiento y presentación con algunos sectores.
Los candidatos a los puestos de elección en el proceso federal del 21 de agosto de 1994 por Morelos que obtuvieron mayoría fueron para el Senado Rodolfo Becerril Straffon y el líder cetemista Manuel Montalvo Medellín; senador de primera minoría, al panista Javier Alvarado Ibarez; a diputados federales Jorge Meade Ocaranza, Raúl González del sector obrero, Juan Salgado Brito y Gerardo Flores del sector campesino, también participó como candidato a senador por el Frente Cardenista el cantante y actor Gerardo Reyes.
En ese año fue la última ocasión en que el PRI logró el carro completo. En marzo se realizó la primera elección en la que votaban los representantes religiosos: el obispo Luis Reynoso protestó porque la casilla que le correspondía se instaló hasta el medio día. El PAN y el PRD denunciaron ante la autoridad electoral retraso en la instalación de las urnas, que el padrón estaba inflado, que se cambió sin aviso la ubicación de casillas, falta y manipulación del material electoral en general.
El 27 de marzo se entregaron las constancias de mayoría y el 8 de abril el PRD reclamó que tenía el triunfo en Coatlán del Rió, Mazatepec, Amacuzac, Tepoztlán, Yecapixtla y Puente de Ixtla; también pedían la anulación de las elecciones por anomalías en Cuernavaca, Temixco, Tlaquiltenango, Atlatlahucan, Yautepec, Axochiapan y Tlayacapan. Se les entregó constancia de mayoría en el municipio de Huitzilac.