Dijo que frente a fenómenos tan delicados como la recesión que se enfrentó en el 2008, particularmente los sindicatos valoraron la importancia de contar con una fuente de empleo segura y ello, llevó a una cultura laboral de menos confrontación con el sector empresarial.
Y reiteró que de concluir el sexenio sin estallamiento alguno, sentaría precedentes que deben atribuirse a un programa que resultó bastante funcional, el de la conciliación, que privilegió el diálogo entre las partes durante los conflictos y llevó a la solución de diferencias antes de llegar a las demandas formales.
Reyes Adams también recordó que la modernización y equipamiento de los tribunales laborales es un factor igualmente importante en el esfuerzo desarrollado en la materia, se sustituyeron viejos esquemas y sistemas de trabajo por redes de computación que agilizaron los procesos mediante las audiencias.
Incluso, la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCyA) cuenta ahora con edificio propio para mayor comodidad de los litigantes que también enfrentaban condiciones poco adecuadas para la prestación de sus asesorías.
Sin embargo reconoció que siempre quedarán pendientes por resolver, pero el Gobierno de Marco Adame pudo dejar atrás los viejos archivos y las máquinas de escribir mediante una fuerte inversión para poder transformar y actualizar los mecanismos, cosa nada fácil, porque se tuvo que capacitar al personal para tal efecto. Todo ello inhibió prácticas deshonestas y actos de corrupción que ocasionaban reacciones de protesta continuamente, concluyó.