Los testimonios de las familias agraviadas acreditaron que la corrupción, la impunidad y la ineficacia prevalecen en la procuraduría estatal, pues narraron situaciones que van desde que los agentes del Ministerio Público piden a las víctimas fuertes cantidades de dinero para que avancen las investigaciones de sus casos, hasta la inexplicable “pérdida” de carpetas de investigación.
Una joven de 23 años, cuyo caso se conoció a nivel nacional como “La Niña de Morelos”, narró como a los 14 años fue víctima de violación y después de siete años de acudir a la fiscalía y los juzgados a declarar, a hacer trámites, a dar seguimiento a la denuncia, su agresor (un hombre que contrató un bufete influyente de abogados) sigue libre.
“Que se modifiquen las leyes para las nuevas generaciones y que no pasen por lo que yo he pasado; que no pasen por la humillaciones que yo he pasado cada vez que se va a demandar; que no se pase por la humillaciones cada vez que tienes que ir a levantar una nueva acta y tienes que repetir todo otra vez. Y cuidado y cometas un error porque puede ser usado en tu contra”.
Con lágrimas y desesperación detalló que en virtud de que a pesar de que en apelación de revocó la sentencia que declaraba inocente al agresor, hasta hoy no ha sido concluido la reposición de procedimiento para dictar una nueva resolución judicial.
Otro desgarrador testimonio fue el de Máximo Alejo Cadena, hermano de Jaime Gabriel Alejo, asesinado el 28 de marzo de 2011, junto con el hijo del poeta Javier Sicilia y cinco personas más por el líder y miembros del Cártel de Pacífico Sur.
Detalló que tras el asesinato, la familia fue hostigada por seudo agentes policiales, tuvo que dejar su hogar, su negocio y convertirse en desplazada, como miles de víctimas de la delincuencia organizada.
Otro de los casos expuestos ante el titular del Poder Ejecutivo es el de Ángel Saúl Muñoz Pérez, quien desapareció en Cuernavaca hace dos años y medio. De acuerdo con su hermana, la familia promovió la denuncia ante la procuraduría estatal, sin embargo, extrañamente desapareció la carpeta de investigación y hasta hoy nada se sabe del paradero de Ángel.
Así fueron narrados varios casos de mujeres que fueron secuestradas, golpeadas y violadas, de esposas cuyos maridos fueron asesinados, de familias que fueron víctimas de robo o alguno de sus miembros han desaparecido, sin que las investigaciones avancen en la procuraduría estatal o en la procuraduría federal.
También las familias afectadas expresaron su indignación por los vicios en la integración de las carpetas de investigación y por el estancamiento de las indagatorias de los procesos judiciales tanto en los juzgados locales como federales, que han impedido que reciban del Estado la debida justicia.