"En un contexto de violencia y tantos crímenes de Estado como tenemos en México, la conclusión que se puede sacar al describir el calvario de los familiares de quienes están en esa fosa es que este gobierno tiene miedo, está ocultando cosas importantes, es un pésimo funcionamiento de la justicia…", aseveró el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, reconocido defensor de derechos humanos, al señalar que hasta el momento no se han identificado plenamente los cuerpos de las personas que fueron halladas en la fosa común de Tetelcingo, Cuautla, en la que la Fiscalía General del Estado inhumó más de 100 cadáveres aparentemente no reclamados.
El coordinador de la denominada "Pastoral de Movilidad Humana Pacífico Sur" del Episcopado Mexicano, se reunió este jueves en la capital morelense con el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro y Castro y con familiares de Oliver Wenceslao, joven comerciante que fue privado de la libertad y asesinado, en el año 2013, y cuyos restos finalmente fueron localizados en dicha fosa.
Tras el encuentro, que duró cerca de dos horas, en conferencia de prensa y acompañados por Javier Sicilia, fundador por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, Solalinde sostuvo que este caso es un ejemplo de lo que debe ocurrir en el país: la ciudadanía tiene que dejar de lado el miedo y exigir justicia.
"Las mujeres conste que nos ponen el ejemplo, en medio de un país donde se ha sembrado el temor (…) donde te callan con el miedo o con el dinero", y aseveró que la madre y la tía de Oliver son el ejemplo de cómo debiera ser la ciudadanía en México, "personas que aman, que creen y (están) convencidas de lo que es justo".
También sentenció que los que ahora están protegidos tendrán que pagar las consecuencias de una mala función administrativa, además de hacer hincapié en que "lo que digan los poderosos no me importa (...) algún día se va a romper la impunidad, la gente no va a ser cobarde todo el tiempo".
Solalinde Guerra aseveró que con confianza vino a Morelos, "porque Dios le cuida y no tiene temor".
Sostuvo que debe haber una autocrítica del Ejecutivo estatal y pidió al gobernador que colabore con las investigaciones.
La madre y la tía de Oliver Wenceslao, así como Javier Sicilia, expusieron en la conferencia de prensa que hay indicios de que en el mismo predio de Tetelcingo (que según las autoridades es un panteón) existen al menos otras dos fosas comunes, en las que habría más cadáveres inhumados de forma irregular.
María Concepción y Amalia Hernández –madre y tía de Oliver– refirieron que en las pruebas documentales del asunto, el propietario del predio (donde se encontró la ya conocida fosa) hay otra más. En su declaración, apuntaron que el dueño del terreno mencionó que la entonces directora de Servicios Periciales, Ana Lilia Guerrero Moreira, le envió una solicitud para dos fosas, pero –según esta versión– hubo otro permiso del que fuera coordinador de Servicios Periciales en la región de Cuautla, para una tercera fosa. Comentaron que, por lo tanto, desconocen más detalles sobre cuántos cadáveres podría haber en total.
Solalinde y Sicilia coincidieron en reiterar que este caso es muy grave y constituye una muestra de lo que el Estado ha hecho en este contexto de violencia y los resultados del mismo serán un precedente para el país.