Cuautla, Morelos.- Para la comisionada estatal de Atención a Víctimas, Angélica Rodríguez Monroy, la exhumación y toma de muestras genéticas de los cuerpos depositados en la fosa de Tetelcingo, representa una nueva luz en el camino para decenas de familias que buscan a sus desaparecidos, pero también será la prueba de fuego para las autoridades federales y estatales.

Lamentó que el burocratismo de las instituciones haya dilatado la reapertura de la fosa, y a su vez prolongado la angustia de quienes buscan incansablemente a sus familiares desaparecidos.

Celebró que después un doloroso proceso y de una larga lucha, finalmente en las diligencias se permita la participación de peritos y científicos de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), que en todo momento ha acogido a las familias de las víctimas ante la pasividad de los órganos de procuración y administración de justicia.

“Ellos no saben la angustia que vivimos todos los días, para muchas de las familias hubiese sido un mes, dos meses de ahorrarse esa angustia, pero ellos no lo toman así. Finalmente se abre (la fosa) con la presencia de la UAEM y es lo que las familias estaban pidiendo. Finalmente van a sentir que está esa luz que no se apagó, porque ya muchas familias estaban desesperadas y decepcionadas”, explicó.

Exigió al fiscal pulcritud en el proceso de exhumación y reinhumación de los cuerpos, así como en el procesamiento de las muestras para la identificación genética de los cuerpos.

“Finalmente él no es el responsable, le tocó la papa caliente, pero queremos ver realmente lo que nos dijo, que no es su responsabilidad y quienes tengan que pagar (por los errores en el irregular depósito de cadáveres en la fosa) que los mande llamar”.

“Sabemos que a él le tocó la papita caliente, pero queremos que esta vez las cosas se hagan conforme a la ley, conforme a derecho, para que nosotros como sociedad podamos darle un voto de confianza”, dijo Rodríguez Monroy, quien sigue en busca de su hija Viridiana, quien desapareció hace casi cuatro años en Tenancingo, Estado de México.

Indicó que este caso será un reto para las autoridades federales y estatales, porque se evidenciará si efectivamente hay coincidencia en los resultados que arrojen las muestras genéticas (porque la PGR, la fiscalía y los peritos de la UAEM tomarán muestras por separado) y con lo actuado en los procedimientos anteriores o, en su caso, si surgen más contradicciones o irregularidades.