La especialista, también es integrante de la Academia de Ciencias de Morelos (Acmor), institución que dio a conocer que la investigadora, será reconocida con dicho premio, que existe desde 1996 y se entrega cada dos años a jóvenes investigadores que se han distinguido por su contribución en esa área del conocimiento.
“Este galardón honra la memoria del químico Casas Campillo, precursor de la biotecnología en México, co-fundador de la SMBB, y quien fuera miembro de El Colegio Nacional hasta su desaparición, en 1994”.
Isabel Gómez Gómez dio a conocer a través del área de difusión de la UNAM, señaló que realizó su posgrado en el IBT, donde actualmente es investigadora del Departamento de Microbiología Molecular.
“La biotecnólogo, es Ingeniera ambiental por el Instituto Politécnico Nacional (IPN), y maestra y doctora en Ciencias Bioquímicas por el IBt, cursó además una estancia posdoctoral en la Universidad de Drexel, en Filadelfia, Estados Unidos.
Actualmente, la joven académica indaga el mecanismo de toxicidad de las proteínas Cry, presentes en la bacteria Bacillus thuringiensis, que han resultado la alternativa biotecnológica más exitosa para el control de insectos, y ha dado lugar a un importante porcentaje de cultivos transgénicos en el mundo”, abunda el comunicado oficial.
La Acmor informó que en el laboratorio de Mario Soberón, Isabel Gómez estudia la bacteria Bacillus thuringiensis, muy importante a nivel mundial porque elimina insectos y se ocupa como bioinsecticida.
“Es biorremediable, no afecta a otros organismos que no sean insectos y no es tóxica para el ser humano. La idea es hacer insecticidas que sean más potentes y controlen mejor las plagas.
Una vez conocido el mecanismo básico con el que funciona la bacteria y sus proteínas Cry, hace dos años Gómez y sus colaboradores publicaron un artículo en la revista Science, donde explicaron cómo la toxina se procesa al entrar al intestino del insecto, lo que permitió diseñar una proteína que ahora no depende de los primeros receptores. Si entendemos mejor los mecanismos moleculares con los que la toxina se activa dentro del insecto, podemos mejorarla. De hecho, ya tenemos el primer ejemplo”.
Este proceso permite ir adelante del proceso natural de resistencia que esos animales desarrollan ante la presencia de insecticidas.
Cuando salieron las primeras plantas transgénicas se predecía que en unos 10 años los insectos comenzarían a desarrollar inmunidad. Los primeros casos en el campo comenzaron a aparecer a los 13 años”, recordó. Por ello, es importante entender cómo la toxina mata y qué proteínas utiliza dentro del intestino”, abundó la investigadora según datos del órgano de difusión del campus Cuernavaca de la UNAM.