Castro Franco informó que los principales asentamientos de estas especies en el estado de Morelos se encuentran en las zonas templadas del norte y en las zonas calientes del centro sur, donde la afectación al medio ambiente pone en peligro de extinción a diversas especies de ranas y reptiles que habitan la entidad.
El responsable del Laboratorio de Herpetología del CIB, detalló que la entidad tiene un registro de 38 especies de anfibios y 103 de reptiles que habitan en dichas zonas, de los cuales el CIB cuenta con una colección completa, producto del trabajo de los investigadores que pertenecen a este laboratorio desde 1976.
“Estamos hablando de 103 variedades de reptiles del estado de Morelos, por mencionar algunas tenemos una especie de iguana, siete de serpientes de cascabel, dos de coralillos, muchas especies de lagartijas, pero el problema al que se enfrentan es que al ampliarse las zonas de cultivo, la selva baja donde habitan se termina, luego las áreas de cultivo se abandonan y eso trae un impacto negativo, además del uso de pesticidas que es muy grave”, explicó.
Castro Franco informó que resultado de las investigaciones del Laboratorio de Herpetología del CIB, se han publicado diferentes artículos científicos y libros, siendo el más reciente Herpetofauna del Estado de Morelos en el Corredor Biológico Chichinautzin y la Sierra de Huautla, además de un proyecto con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) que consiste en un inventario de anfibios y reptiles en la sierra Montenegro.
Rubén Castro informó que actualmente los estudiantes del laboratorio participan en diferentes proyectos de conservación, particularmente de iguanas, “ya que es una de las especies más amenazadas por su venta indiscriminada, que por cierto, consumir su sangre no resuelve problemas visuales, de impotencia sexual o diabetes, son mitos creados a través del tiempo y en cambio sí genera problemas parasitarios y virus”.