El hombre, joven, moreno, bajito, se detuvo en la esquina de la entrada del mercado y comenzó conectar los cables. La gente comenzaba a llegar a comer tacos, pozole, atole, caldo de pollo... En la banqueta muchos hacían compras de emergencia de comestibles.
Fanny había llegado temprano, ayudaba a su mamá en uno de los puestos. La niña de trece años, tez blanca, ojos claros, pelo castaño, llevaba y traía vasos. Cuando vio a Sergio se saludaron, dejó sus tareas y se dirigió a donde estaba el micrófono.
“¡Fanyyy, la voz dulce y mágica que cautiva!”. En vivo explotó un promocional y algunos fragmentos de canciones interpretadas por la niña.
Ella cogió el micrófono y dijo: espero que estas canciones les gusten.
Las primeras notas de “Me nace del corazón”, de Juan Gabriel, llamaron la atención de los comensales.
La grave y poderosa voz de Fanny explotó, corrió por el cable y saltó desde la bocina hacia donde el público atento degustaba sus alimentos; y más allá de la avenida Manuel Altamirano, donde la gente caminaba pero volteaba a ver a la pequeña que cantaba al estilo de la española Rocío Durcal.
El público comía pausadamente, saboreando la melodía y el sentimiento. Jazmín García Salgado, mamá de Fanny, sonreía mientras servía en las mesas los platillos solicitados: su hija había nacido con ese don y la imaginaba en palenques, en auditorios, ante miles de personas calladas, disfrutando de una interpretación única. Sergio Escuchaba detrás del muro, complacido.
La pequeña estaba debajo de la viga de la entrada del mercado y, junto a ella, vendedoras de frutas sentadas en el suelo la observaban: ella cerraba los ojos, gesticulaba y movía su cuerpo como si estuviera en un escenario y todos los reflectores iluminados.
Cuando la canción terminó, los aplausos se escucharon hasta del otro lado de la calle.
Después siguió “Tarde”, también del “Divo de Ciudad Juárez”. Jóvenes, adultos mayores, niños, escuchaban el sonido y el sentimiento en una voz, muy potente y grave para ser la de una pequeña.
Siguieron tres melodías más, después de los últimos aplausos Fanny agradeció la atención y Sergio pidió una cooperación para la cantante. Varios pasaron a dejar monedas en un pequeño traste.
Fanny regresó al puesto donde su madre atendía a los comensales y continuó ayudando, como cualquier empleado.
Muchos clientes se habían tardado a propósito para ver la actuación completa de la niña; pagaron y se marcharon.
Estéfany Quezada González, que nació en Jojutla, tiene 13 años, cursa el primer grado en la Secundaria Técnica 2, no le gusta el reguetón ni la música electrónica; ama y aprende canciones rancheras, principalmente de Juan Gabriel, porque le gusta la voz de Rocío Durcal:
Comenzó cantando algunas canciones de Jenny Rivera pero luego las letras no le gustaban y ella tenía que cambiarle cuando decían groserías, cuenta Jazmín, quien también recuerda que su hija comenzó a cantar cuando estaba en primero de primaria en un festival. Allí interpretó una canción de Topo Gigio el día del padre. Desde entonces fue la estrella en las fiestas familiares.
Hace unos años estuvo de moda “Ya te olvidé”, interpretada por Yuridia. A Fanny le gustaba y me dijo que la grabara y así lo hice. Cuando oímos la grabación nos sorprendió muchísimo porque se escuchaba muy bien y desde ahí comenzamos a apoyarla más, porque tiene un don y a ella le gusta, relata su mamá.
La pequeña ha participado en varios concursos locales de canto. Hace dos años obtuvo el segundo lugar en “La voz con ángel”, organizado en Jojutla, y en agosto de hace dos años quedó en décimo sitio en una competencia donde participaron Cuernavaca, Jojutla y Cuautla; se ganó el primer lugar en el concurso “Oye mi canto” en Amacuzac, y los primeros días de este año iba a participar en Coatetelco, pero enfermó y ya no pudo ir.
Fanny tiene ya un disco (grabado en Tlaquiltenango CD Records) con diez canciones: “Amarga navidad”, “Goma de mascar”, “Me nace del corazón”, “Costumbres”, “Tarde”, “La gata bajo la lluvia”, “Me gustas mucho”, “La gran señora”, “Como tu mujer”, “La hija de nadie”. Se lo patrocinó Sergio Rosas, cantante y quien la promociona y le ayuda porque está convencido de que será una gran artista.
Para la niña el proceso grabación, selección, edición y promoción de su disco fue una gran experiencia que le dará tablas en el futuro.
“Me sentí emocionada, con ganas de llorar. Grabé nueve canciones en un día, pero hubo detalles, y se llevó una semana o quince días. Tuve que mejorar mi dicción en la pronunciación de las canciones y detalles. Ahora quiero grabar un nuevo disco, pero con canciones de mi autoría”, dijo.
Fanny canta los viernes, sábados y domingos en las fondas que se instalan en la salida del mercado Margarita Maza de Juárez, entre seis y siete de la tarde. Muchos van a escucharla; esta gente, la propia niña y su familia, desean verla en otros escenarios, compartiendo su talento.