Tlalnepantla estuvo de fiesta, y para festejar eligió el mejor escenario ubicado en el centro de las parcelas cultivadas de nopal, rodeada de arboladas montañas, y como marco perfecto, el Volcán Popocatépetl cubierto de nieve; todo al natural.
Todo se organizó para reconocer al gobernador, quien este martes entregó a las familias de ese municipio una Unidad Básica de Rehabilitación para las personas con capacidades diferentes, y a los productores del llamado “oro verde”, el primer Centro Agroindustrial del Nopal.
La fiesta inició desde que “el gober” como le dijeron los productores al recibirlo, bajó de su vehículo, con su esposa y presidenta del sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Morelos, Mayela Alemán; fue entonces cuando la Banda de viento comenzó a tocar y todos iniciaron el tradicional brinco del Chinelo.
Entre el campo de cultivo también sonaron las guitarras y trompetas del Mariachi que ahí se dio cita, para entonar melodías como el “Son de la negra” y muchas más.
Aunque el calor del medio día se comenzó a sentir, la alegría de tener frente a ellos a un gobernante comprometido y cumplido con su palabra, provocó que los productores de nopal y sus familias continuaran el festejo.
Luego del acto protocolario y el recorrido de autoridades federales, estatal y municipales por la planta Agroindustrial del nopal vino lo que la mayoría de los presentes esperaban: La comida.
Fue entonces cuando el gobernador Marco Adame, su esposa; el presidente municipal de Tlalnepantla, Lauro Barba Elizalde, los productores y sus familias se sentaron a la mesa para degustar de una extensa variedad de nopales elaborados; con queso, con elote, en escabeche, asados entre otras recetas, así como una deliciosa Barbacoa, acompañada de frijoles y arroz.
El guiso fue preparado por las mujeres y hombres del campo, en agradecimiento y reconocimiento al gobernador que regresó a cumplir con su palabra, a cumplirle a los pobladores de Tlalnepantla.
Al retirarse, Marco Adame y sus acompañantes, se detuvieron a observar la incomparable postal que presentaba Don Goyo, el Volcán Popocatépetl que a lo lejos, dejaba ver su esplendor y su imponente tamaño, lo que motivo a varios comentarios entre sus espectadores: “Yo llegue a estar hasta la punta, pero cuando era estudiante de medicina; ahora ya es muy difícil que nos dejen llegar”, mencionaba el mandatario, al despedirse de sus anfitriones.