“Íralo, ahí va pasando por la calle Rayón, seguramente va hacia El Paraíso a echarse un café; ahorita lo alcanzo para darle su ayuda”, eso me dijo Chucho, el encargado del restaurante Emilianos, mientras platicábamos sobre la forma de localizar a Francisco José Helguera Díaz, conocido como Pactú el mimo, ya que no contestaba su teléfono celular, mandaba a buzón.
“Por favor, dile que nos vemos a las 10:30 en el zócalo para entregarle unos depósitos que me hicieron algunos compas que no le pueden entregar el dinero a él directamente. Dile, por favor, que nos vemos al rato. Gracias, pariente”.
El martes 13 de febrero de este año Pactú tuvo un derrame cerebral, amigdalitis aguda e hipertensión; motivo por el que el doctor Rodolfo A. Arriaga González le extendió una receta médica con tres medicamentos que el mimo Pactú no podía costear y los cuales necesitaba con premura. (El lunes había tenido un desmayo pero supuso que era por hambre).
De inmediato se solicitó ayuda en los muros de Facebook y hubo muchas personas que respondieron y ofrecieron los medicamentos al mimo, así como otro tipo de ayuda.
El jueves 15 de febrero, por la mañana un familiar de Pactú dio esta información en redes sociales: “Hola a todos, gracias por preocuparse por la salud de Pactú, ya se encuentra mejor, en si ya está de nueva cuenta trabajando, saludos y gracias a todos”.
A eso de las 11 de la mañana llegó Pactú a Plaza de Armas (a lo que la gente llama “El Muro de los Lamentos”, porque ahí se concretan conferencias de prensa de ciudadanos y ONG). Iba con la cabeza media chueca, mirando de lado y sin maquillaje:
“Es que no veo bien con la mitad del ojo izquierdo”, dijo.
Ahí mismo le hicimos entrega de la “vaquita” que habíamos hecho y los tomó con una sonrisa y agradeció el apoyo; luego fuimos a una tienda para sacarle una tarjeta para que le pudieran depositar directamente quienes habían manifestado su deseo de enviar dinero por esta forma, pero la dependienta nos pidió la credencial para votar con fotografía del INE y el mimo no la tiene, se la robaron a finales de febrero de 2014, junto con placa dental y una mochila negra.
Quedamos en tramitarle su credencial, pero después de que pase el proceso electoral (en julio de este año) porque hasta esa fecha se puede, de acuerdo con el Instituto Nacional Electoral. En tanto pudiéramos obtener la tarjeta, quedamos en tramitar una a nombre de una persona de mucha confianza para que por ahí llegue la ayuda.
En relación con el aspecto de salud, un médico de Jiutepec nos dio su teléfono: “leí en La Unión de Morelos y en las redes sociales el caso de Pactú y le doy atención médica gratuita y yo le surto la receta; si necesita ambulancia también puedo proporcionarle ese servicio, todo sin costo”, ofreció.
Desde hace más de ocho años Pactú sale del cuarto que le presta su hermana. Va a trabajar en el centro de la ciudad, lleva en su espalda la carga de mantener viva la mímica, es su único objetivo. Llega alguna de las bancas de Plaza de Armas o en las escaleras y se maquilla; en seguida va a los restaurantes a dar su espectáculo de silencios. El día de hoy, después de tantos años, no se maquilló y anduvo sin guantes. Salió casi desnudo a la calle:
“Voy a andar aquí un rato y después me voy a ver a unas amigas para platicar un rato”, explicó.
Por las redes sociales, en la mañana el enmascarado urbano BluGuache subió un video, en el que le echaba porras para que continuara con su objetivo:
“Pactú, échale muchas ganas. Si se muere la mímica, si dejas de hacer mímica ya valió madre el mundo. Ya se fue Juan Gabriel y si te vas tú va a valer madre todo. José José anda atarantado, totoreco, dicen en mi tierra, pero ahí anda. Échale muchas ganas”.