El incremento en el costo de insumos y refacciones para el mantenimiento de unidades del servicio del transporte público, así como el de la gasolina, es la principal causa de una reducción de utilidades para los permisionarios, por lo menos de esta zona, aseguró el dirigente de la asociación de combis de Tlalnepantla y Tlayacapan, Ángel Estrada.
Manifestó que el intenso uso de las unidades obliga al mantenimiento constante, que requiere de toda clase de refacciones, cuyo costo viene en aumento constante desde hace mucho tiempo, lo que representa un gasto mensual significativo para quienes se dedican a esa actividad.
“Conservadoramente, entre las reparaciones, mantenimiento y gasolinas, se tiene que destinar un 30 o 40% de los ingresos y éstos tampoco son muy importantes, porque casi en todos lados hay una sobreoferta y hay que salir a pelear en las calles por los pasajeros, tanto con taxis como con permisionarios de dudosa legalidad”.
Ángel Estrada destacó que hay horarios de intensa actividad y en los que las unidades logran cupo completo, pero generalmente son en tres momentos: en las horas de entrada y salida de las escuelas y por la tarde, cuando termina la jornada laboral. “En el resto del día sólo da para sobrevivir, aunque se tenga la percepción de que quienes nos dedicamos a esto ganamos lo que se quiere”.
Para poder hacer rentable la actividad –destacó- hay que laborar más de 14 horas y particularmente entrada la noche suele ser un riesgo transitar por algunas carreteras locales, ya que no hay vigilancia y se está a merced de grupos de delincuentes que suelen operar en lugares apartados de las zonas urbanas.
Incluso dijo que sobre todo en Tlalnepantla, también deben lidiar con incursiones de vehículos sin itinerario fijo que suelen venir de algunas partes de la Ciudad de México a prestar el servicio a los lugareños, ya que las autoridades estatales en la materia no tienen ninguna presencia y las denuncias que se han hecho al respecto tampoco han sido atendidas.
Mencionó que todavía en algunas poblaciones pequeñas, tanto de Tlayacapan como de Tlalnepantla, imperan usos y costumbres y existen particulares que en sus camionetas o vehículos ofrecen traslados de personas, representando una competencia desleal para el transporte organizado que sigue haciendo un buen esfuerzo por mejorar la calidad con automotores en buen estado.