Sin embargo, los recuentos periodísticos y de organizaciones no gubernamentales han contabilizado del 1 de enero al 13 de abril, 45 ejecuciones de personas presuntamente vinculadas a las organizaciones criminales que se disputan la plaza de Morelos no sólo para el trasiego y distribución de droga sino para el secuestro y trata de personas.
Lo que llama la atención es que el 35.5% de los ejecutados fueron menores de edad, pues en 103 días han sido asesinados con arma de fuego, degollados o desollados 16 adolescentes entre los 14 y 17 años de edad.
Otro dato relevante es que el Tribunal Unitario de Justicia para Adolescente registra un incremento de menores procesados por delitos federales asociados al crimen organizado.
De acuerdo con el TUJA, en el 2009 un total de ocho menores fueron consignados y procesados por posesión ilegal de arma de uso exclusivo del Ejército, asociación delictuosa y delitos contra la salud.
No obstante, en el primer trimestre de 2010 esta cifra prácticamente se duplicó, ya que por delitos federales asociados a la delincuencia organizada fueron remitidos al TUJA para ser sometidos a proceso 14 adolescentes, que actualmente están en prisión preventiva en el Centro de Ejecución de Medidas Cautelares para Adolescentes (CEMPLA), antes Consejo Tutelar para Menores.
La magistrada presidenta del TUJA, Ana Virinia Pérez Güemes, reconoció que el reclutamiento de los menores de edad a las filas de la delincuencia es un fenómeno en ascenso.
Dijo que las causas pueden ser multifactoriales, sin embargo, no descartó que uno de los factores sea que el sistema penal para adolescente es más flexible y la pena máxima que puede recibir un menor por una conducta antisocial son cinco años.
Académicos y especialistas han alertado a las autoridades mexicanas sobre el ingreso de menores y jóvenes a las organizaciones criminales como un fenómeno preocupante, pues es este segmento de la población el que alimenta la estructura de los cárteles.
Incluso, el fenómeno de los “ni-nis” va en aumento por la falta de empleo y oportunidades de desarrollo. "Necesitamos que nuestros jóvenes estén estudiando o estén trabajando y no que se encuentren en esa situación, en lo que algunos han llamado las generaciones o los grupos 'ni-ni', ni estudian ni trabajan", declaraba el rector de la UNAM José Narro Robles a principios de diciembre de 2009 y alertaba de manera enfática el riesgo que significa para México que haya 7 millones de "ni nis".