Cuatro animales de la mitología prehispánica representaron a Morelos en el “13º Desfile de Alebrijes Monumentales”, en la Ciudad de México.
Ciudad de México.- Cuatro gigantes de cartón desfilaron desde el zócalo hasta los pies del Ángel de la Independencia en la avenida Reforma representando a tres municipios de la zona sur de Morelos: El Zapatista y Terquito, del taller de los Morales, de Tlatenchi; Icpatonati, de Luis Carlos Soto Carlos Urrutia de Xoxocotla, y Xolotzin, de José Luis Ríos Fernández y, representando a Zacatepec y a Tlaquiltenango por medio del colectivo Zacatlaqui.
El sábado pasado, después de las 12 del día, 231 coloridos monstruos que habían hecho fila desde las 8 de la mañana en el centro de la capital del país, salieron rumbo a la columna del Ángel de la Independencia en Paseo de la Reforma, dando comienzo al “13º Desfile de Alebrijes Monumentales” organizado por el Museo de Arte Popular (MAP).
Como el año pasado, miles de espectadores pudieron disfrutar de ésta, que es la fiesta de cartoneros más importante del año, ya que con ella refrendan la iniciativa del MAP de rescatar esta tradición cartonera que estaba en peligro de extinción y que rinde homenaje a un sueño (más bien pesadilla) de un artesano de la Ciudad de México, Pedro Linares, que una noche febril soñó con seres amalgamados y de colores, materializándolos y poniéndoles el nombre que ahora se ha hecho famoso en el mundo: alebrije.
De acuerdo con Alfonso Morales Vázquez, cartonero de Tlatenchi, el MAP cumple una función muy importante, ya que al organizar y subsidiar en parte el desfile (manda tráileres para que los cartoneros traslades sus esculturas) está dando continuidad a esta manifestación cultural de las más auténticas que hay en México: “los cartoneros somos los pobre entre los artesanos, es el material más barato y muchas familias viven de estas artesanías, con el desfile el MAP nos visibiliza y la gente sabe que existimos y nos busca para comprarnos, sin este desfile quizá muchas familias se hubieran dedicado a otra cosa y la cartonería hubiera desaparecido”.
Alfonso Morales también habló de que esta tradición va tomando cada vez más auge en Morelos, ya que esta vez, un colectivo llamado Zacatlaqui, de Zacatepec y Tlaquiltenango, coordinado por José Luis Ríos y Esmeralda Pozas, participó con un alebrije monumental llamado Xolotzin.
El maestro Alfonso dijo que en esta ocasión hizo un alebrije llamado El Zapatista, porque es el año del general Emiliano Zapata Salazar y para representar a los zapatistas cuyos nombres se quedaron olvidados por la historia, no aparecen como hombres ilustres, pero apoyaron la revolución y gracias a ellos se logró el reconocimiento de muchos derechos:
“Mi Zapatista tiene cuerpo de caballo, cola de gato, pezuña de caballo, garras de águila, y cabeza de iguana o garrobo; seguramente hubo algún zapatista al que le apodaban así, el Garrobo, porque es un reptil de la región”, explicó.
Los participantes de Morelos regresaron a sus lugares de origen el mismo día, 19 de octubre, eso de las 11 de la noche. Muy cansados, pero contentos porque un año más lograron construir sus monstruos y mostrarlos a los miles de personas que los esperan en la Ciudad de México para aplaudirles y echarles porras, lo que no ocurre con las autoridades responsables de impulsar la cultura y las artes en los municipios.
Durante esta edición del desfile, predominó en las esculturas la inclusión de algunos animales de la mitología prehispánica: el jaguar, el ajolote, el xoloitzcuintle, la serpiente y el colibrí.
Los alebrijes monumentales, arribaron de varios estados de la república mexicana, estarán en Paseo de la Reforma, en el tramo que comprende la columna al Ángel de la Independencia y la fuente de la Diana Cazadora, hasta el 17 de noviembre próximo.