Fiscalía Regional Oriente entrega cadáver a familia equivocada.
La Fiscalía Regional Oriente entregó a Felícitas Tijera Carbajal un cuerpo al que lloró, veló y enterró pensando que era su hijo Jonathan Martínez Tijera; días después se enteró por medio de las redes sociales que su hijo no había muerto, se encontraba en un centro de tratamiento para adicciones desde hacía aproximadamente tres meses.
De inmediato se pusieron en contacto con Jonathan y corroboraron que, efectivamente, la Fiscalía de la Zona Oriente les había hecho pasar el cuerpo por su hijo.
A Felícitas le avisaron el 15 de enero como a las 11 de la mañana que el cuerpo de su hijo se había encontrado en un puente, que estaba en la Fiscalía, en Cuautla y que tenía que ir a reconocerlo. Ella no pudo ir porque tenía miedo y porque creía que no iba a resistir el impacto de ver muerto a su hijo, y pidió a los hermanos de Jonathan que ellos fueran a reconocer el cuerpo.
En la madrugada del día 16 de enero, los dos hijos de Felícitas le llamaron y le pidieron que les mandara fotos de su hermano, de sus tatuajes, de su herida en el glúteo y de la herida grande del vientre, también de sus dos dientes faltantes al frente de la boca; ella les mandó dos imágenes que tenía en su celular, una donde aparece su hijo en el hospital, después de que lo atropellaron y otra, en otro hospital cuando lo operaron porque le “picaron” el hígado con una punta; esta operación le dejó al muchacho una herida grande en el vientre.
Los hijos de Felícitas insistieron que les dejaran ver los dientes, la herida de vientre, los tatuajes y la herida del glúteo en el cadáver, pero el personal de la fiscalía que los atendió se negó y sólo dijeron que el cadáver coincidía con la descripción de mi hijo, que estaba en estado avanzado de putrefacción y que no había modo de identificarlo, pero que la descripción correspondía y que ese cuerpo era el de Jonathan. Por eso ellos dijeron que sí era y le entregaron el cadáver.
El ataúd llegó en una caja sellada y el personal de las fiscalía advirtió que no la abrieran porque no iban a reconocer nada por el estado muy podrido del cuerpo, así que lo velaron, lo lloraron y el lunes 17 de enero lo fueron a enterrar al panteón nuevo de Yautepec.
El sábado 1 de febrero, por medio de las redes sociales, Felícitas se enteró de que su hijo Jonathan se encontraba en un centro de tratamiento para adicciones desde hacía aproximadamente tres meses; de inmediato lo buscaron y dieron con él: efectivamente, ahí estaba, “anexado”, pero sano y salvo.
“Por un lado estoy alegre de que mi hijo esté vivo, pero por otro lado me pongo a pensar en los familiares del cuerpo que me entregaron, deben estarlo buscando desesperados; no me imagino el dolor de la mamá del pobre muchacho, así como yo lloré a mi hijo, así debe estar la mamá del muchacho que me entregaron confundiéndolo con Jonathan”.
Miguel Ángel Rosete, abogado defensor de Felícitas Tijera Carbajal, calificó esta situación como algo grave y delicado, porque la Fiscalía entregó el cuerpo de una persona hasta el momento desconocida, haciéndolo pasar por Jonathan Martínez Tijera; ello sin que el personal de la Fiscalía Regional Oriente cumpliera con los protocolos de identificación del caso.
Dijo que procedería penalmente en contra de la Fiscalía.