“Uno nunca sabe si va a regresar a casa”.
Antes de agarrar el volante, Gabriel pide a Dios que guie su camino y le conceda un día más de vida porque, dice, “uno nunca sabe si va a regresar a casa”.
Gabriel López Romero empezó a trabajar como checador de “rutas”, pero en 1995 tomó el volante de su primer camión y en 2002 ingresó a la empresa de transporte de pasajero de la línea TUH (Transportes Unidos de Huitzilac).
En los 25 años que lleva como conductor del transporte público ha sufrido al menos cinco accidentes. El más grave ocurrió en la carretera federal México-Cuernavaca a la altura del kilómetro 55, en el tramo conocido como parque Los Columpios.
De ese suceso vial recuerda que el conductor de una camioneta manejaba a toda velocidad y, aunque trató de esquivarlo, el automovilista alcanzó a pegarle en las llantas, por lo que se salió de la carretera. Afortunadamente, afirma, no hubo lesionados y solo fue el susto.
Gabriel tiene 45 años de edad y tres hijos. El mayor terminó sus estudios de nivel medio superior y hace dos años empezó a trabajar como chofer en la Ruta 1, la cual sale de Guacamayas rumbo al campus Chamilpa de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).
“Diario sales a carretera y no sabes si vas a regresar a casa. La carretera se ve tranquila pero no sabemos qué nos puede salir en el camino. Por eso antes de empezar el día me encomiendo a Dios y le pido que me cuide y me dé un día más de vida”, comenta.
Para trabajar como chofer, Gabriel tomó un curso de manejo durante un mes, porque la responsabilidad del volante es mucha y se requiere concentración, ya que el único conocimiento que tenía eran las pláticas de los conductores cuando él era checador.
“El primer día se siente feo porque hay tramos carreteros que son bajadas, pero con los años uno se acostumbra, sin embargo siempre es necesario manejar con precaución porque hay algunos choferes que juegan a las carreras y luego chocan”, señala.
Considera que es mejor “pagar minutos” por llegar tarde a su destino, que pagar más de ocho mil pesos por los daños en las unidades o cargar en su conciencia la muerte de algún pasajero.
Tiene una hija de 16 años y un varón de 9 años, quien ya piensa dejar la escuela para dedicarse a trabajar como chofer, porque quiere seguir el ejemplo de su padre y de su hermano mayor.
Gabriel trabaja desde las cinco de la mañana hasta las 11 de la noche, tiempo en el que realizar cuatro o cinco “vueltas” (recorridos completos a su trayecto asignado).
¿Tiene pensado dejar de ser chofer?
No creo, tengo 25 años como chofer y no sé si podré encontrar otro trabajo. Además aquí ya me acostumbré a los tramos y aunque unos dicen que están muy complicados, yo digo que cuando te toca, te toca.