Un taxista sin sitio relata cómo debe luchar para conseguir ingresos.
Por la contingencia sanitaria a raíz del covid-19, las ganancias del taxista Julio Ramírez Palafox cayeron a más de la mitad, por lo que -para compensar su economía- recurre a los centros comerciales, donde -considera- podrá agarrar pasaje porque las familias realizan sus compras; sin embargo, lamenta que sean retirados de este sitio.
Lamenta que a pesar de que la situación económica está critica, los choferes de taxi se enfrenten a los oficiales de tránsito que buscan la manera de infraccionarlos o en el mejor de los casos retirarlos de los supermercados.
Julio lleva cinco años como chofer de taxi y afirma que nunca vivió una situación tan crítica, pues ni el servicio de Uber les quitó tantos clientes como la pandemia.
“Cuando llegó Uber sí nos afectó en el servicio, porque no somos de sitio, pero ahorita la situación está más dura y lo que vemos es que, por ejemplo, a los de Uber los dejan quedarse un rato afuera del supermercado y a nosotros nos quitan”.
Además, los choferes sufren por la competencia no solo de taxistas sino del servicio de transporte privado como Uber y Didi, el cual se ofrece por medio de una aplicación de teléfono. Por eso Julio aprovecha cada viaje y si el pasajero le dice que solo lleva 25 pesos -cuando el cobro mínimo es de 35 pesos- sin pensarlo dos veces los acepta.
Hasta antes de la pandemia entregaba 300 pesos de cuenta, la que hace un mes se redujo a 200 pesos, aunque en un escenario mayor pedirá a su patrón otra reducción en la cuenta, pues hay días que apenas saca para el combustible y para comer.
“Nos dicen que nos quedemos en la casa pero no dicen cómo nos van a apoyar, ni con despensas, o por lo menos que nos dejen quedarnos un rato afuera del centro comercial ya que hay días que nomás estamos dando vueltas y algunos empezamos desde las 6 de la mañana”.
De los 150 pesos que puede ganar al día, los distribuye para comprar lo básico para comer y por suerte, dice, su hija toma clases en línea. De lo contrario no sabría cómo le haría pues tendría que darle dinero para los pasajes.
A pesar de la situación, entre las metas del entrevistado está la de comprar un vehículo, para ser su propio jefe.