Un taxista se queja de que lo que gana sólo le permitirá pagar la luz, pero no otros servicios.
Estacionado sobre la calle Abasolo del centro de Cuernavaca, Jorge Abel Armas García cuenta que por la contingencia sanitaria implementada a raíz del Covid-19, hay días que espera hasta tres horas para lograr un servicio de taxi.
Por la pandemia, sus ingresos económicos bajaron hasta un 80 por ciento. Antes de la emergencia sanitaria obtenía hasta 600 pesos diarios y hoy con esfuerzo reúne de 150 a 200 pesos trabajando de lunes a domingo.
El poco dinero que se lleva a casa alcanza para comprar alimentos para su familia pero ya no para pagar los servicios como internet y televisión de paga, por lo que seguramente tendrá que suspender estos “lujos” para solventar el recibo de luz, que aumentó en un 50 por ciento.
Abel tiene una experiencia frente al volante de 28 años y afirma es la primera vez que su economía se ve golpeada por una contingencia sanitaria, tanto que ha aceptado ofrecer el servicio de taxi por 25 pesos, aunque la parada mínima se cobra en 35 pesos.
“Entendemos la situación por la que estamos pasando y sabemos que muchos no tienen trabajo, creo que nadie esperaba esta pandemia y no nos preparamos con ahorros. En mi caso de ahora en adelante tendré que ser más precavido porque esta pandemia pegó duro en los bolsillos”.
Lamenta que a la fecha no han recibido ningún tipo de apoyo de parte de las autoridades y que solo un exfuncionario los apoyó con despensas.
“No hemos recibido ningún apoyo, pero pedimos que se compadezcan de los transportistas, que nos está pegando la emergencia y tenemos necesidades, muchos de nosotros somos padres de familia y tenemos que llevar dinero a casa”.
Cuenta que durante su jornada se ha encontrado con pasajeros que se niegan a usar cubrebocas porque no creen en la existencia del virus.