Fidel no pudo seguir pagando colegiaturas.
Fidel Velázquez, quien trabaja como chofer de taxi, platica con tristeza que por la pandemia del covid-19 sus hijos tuvieron que dejar sus estudios, porque sus ingresos disminuyeron y ya no alcanzó para pagar colegiaturas, pues apenas podía reunir lo de la cuenta para entregar a su patrón.
Dice que todos los días sale de su casa a las seis de la mañana, recorre las calles de Cuernavaca y cuando no encuentra pasaje se estaciona cerca del mercado Adolfo López Mateos, porque ahí se reúnen las amas de casa para hacer sus compras.
Para Fidel es la primera vez en los ocho años que lleva frente al volante que su situación económica se ve severamente golpeada, tanto que sus hijos no pudieron continuar con sus estudios porque él tenía que pagar mil 200 pesos al mes de uno y 200 pesos semanales del otro. Además, la emergencia le impidió continuar con la construcción de su casa.
“En estos tiempos es difícil solicitar un crédito porque apenas vamos sacando lo necesario para comer, menos vamos a tener para pagar deudas; yo tengo la esperanza de que pronto mejorará la situación y mis hijos podrán regresar a sus clases, porque ellos tienen que estudiar”.
El entrevistado refiere que la pandemia afectó en su trabajo porque actualmente sus ingresos son de 200 pesos diarios, pero cada semana gasta al menos 100 pesos para comprar el gel antibacterial que ofrece a los pasajeros al momento de subir al vehículo, como medida de protección contra el covid-19.
De su labor, cuenta que no puede negar el servicio a quien no use cubrebocas, porque con mucho esfuerzo obtiene 200 pesos al día. Agrega que aunque quisiera regalar tapabocas, no se puede, porque el dinero es insuficiente y hasta la fecha no hay apoyos económicos.