Rolando está consciente de que en algún momento podría contagiarse con el covid-19, sin embargo, afirma que no usa cubrebocas porque en su opinión no es una medida efectiva que evite la propagación del virus.
El entrevistado trabaja como repartidor de comida por medio de la plataforma de Uber Eats, y señala que durante su jornada laboral usa el tapabocas, pero sólo cuando ingresa a establecimientos grandes a recoger pedidos.
De su labor refiere que cuando entrega pedidos en los domicilios la mayoría de las personas no adoptan estas medidas, por eso considera que el hecho de que el Congreso de Morelos lo haya aprobado como de manera obligatoria, es con el fin de recaudar dinero y dar mayor publicidad a estos equipos de protección.
“El uso del cubrebocas es pura publicidad para que se sigan vendiendo. Es una jalada, lo que hacen para espantar a la gente y que no salga de su casa, porque a final de cuentas es como cualquier contagio, así usen guantes o cubrebocas, el virus seguirá”.
Rolando señala que -al menos en el centro de Cuernavaca- ha observado que la gente se pasea como si no existiera el virus; incluso, salen en familias con niños y adultos mayores, a pesar de que están considerados como sector vulnerable.
Su argumento para negarse a usar el tapabocas es que los legisladores aprueban que sea obligatorio, pero ni siquiera el presidente Andrés Manuel López Obrador lo usa.
“Yo no le tengo miedo a la enfermedad. Sé que tal vez en algún momento me va a tocar, pero para mí eso de usarlo de manera obligatoria es pura publicidad y para meterle miedo a la gente para que ya no salga de sus casas”.