María de los Ángeles niega el servicio a quienes no usan cubrebocas, para evitar pagar multas.
Mientras espera a los clientes en la calle Guerrero del centro de Cuernavaca, María de los Ángeles, quien trabaja como conductora de taxi desde hace dos meses, platica que por la contingencia sanitaria del covid-19 hay muy pocos usuarios y que al día sus ingresos son de máximo 450 pesos, de los cuales descuenta un porcentaje para la cuenta que entrega a su patrón y otro tanto para la gasolina.
Antes de la pandemia tenía un trabajo estable en una rosticería, sin embargo, la crisis económica por la emergencia sanitaria obligó a su patrón a cerrar su negocio y liquidar al personal. María de los Ángeles dice que estuvo buscando empleo en varias empresas pero solo encontró como chofer de taxi.
Desde entonces recorre las calles de varios municipios, principalmente Cuernavaca, en busca de pasajeros.
Por ratos se detiene afuera de algún centro comercial o en tiendas departamentales, donde es más probable encontrar pasaje, porque las familias acuden a realizar sus compras.
De su labor, cuenta que ha negado el servicio al menos en dos ocasiones, porque las personas no llevaban puesto el cubrebocas y lo que menos desea es pagar una multa de siete mil pesos, pues el dinero apenas alcanza para comprar lo necesario para la alimentación de su familia.
“No toda la gente usa cubrebocas y antes de subirse les pido de favor que compren uno porque no los puedo llevar así. Algunos hacen caso y otros responden de manera grosera. Me dicen que no pasa nada, que les tengo que dar el servicio o dicen ‘vamos aquí cerca’, pero yo les digo que mejor se bajen porque a los choferes nos afecta en las multas y en los contagios”.
La entrevistada, quien es madre de tres niños, señaló que a pesar de la crisis económica no ha sido necesario solicitar algún préstamo para solventar gastos, porque afortunadamente cuenta con el apoyo de su esposo y juntos se cooperan para comprar alimentos y pagar los servicios.
Sobre la situación de inseguridad, agradece que no ha sido víctima de asaltos, pero sus compañeros le dijeron que el viernes les robaron dos vehículos, uno en Tejalpa, municipio de Jiutepec y otro en el mercado Adolfo López Mateos.