Desde hace seis meses Viri trabaja como mesera en un restaurante ubicado en el corazón de Cuernavaca. Estudió ingeniería en robótica en una universidad de la Ciudad de México, donde viven sus padres, pero ni siquiera en aquella ciudad grande encontró empleo relacionado con su carrera y tampoco ha tenido suerte en Morelos.
Dice que se inclinó por esta ingeniería porque desde pequeña sus maestros de primaria observaron la facilidad que tenía para resolver problemas de matemáticas. Así descubrió que su pasión es la tecnología de los robots.
Entrevistada en el restaurante donde también trabaja su hermana, contó que egresó de la carrera hace seis meses y de inmediato envió su currículum a empresas de la Ciudad de México y a las fábricas ubicadas en la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca (Civac), en Morelos, pero ha sido difícil encontrar empleo, por la emergencia sanitaria y porque no tiene experiencia en el ramo.
“Es lamentable que las empresas no nos den oportunidad a los egresados, porque así nunca vamos a tener experiencia. Aunque somos jóvenes tenemos ideas innovadoras y podemos aportar mucho. Por ejemplo, mis compañeros me han dicho que tampoco han podido encontrar empleo relacionado con lo que estudiamos; eso es algo triste y feo, porque no tenemos oportunidades”.
Por el momento dice Viri que trabajará en el restaurante para ahorrar dinero y pagar su titulación, porque sus padres ya gastaron mucho en sus estudios y ahora le corresponde a ella devolver un poco de lo que le dieron.