Majanayim Salas, quien trabaja como conductor de Didi, pidió a la empresa poner filtros más estrictos a los usuarios de ese servicio de transporte, porque -afirmó- en febrero pasado fue víctima de un asalto por parte de un cliente que pidió el servicio a Zumpango, en Guerrero, donde le exigió retirar dinero de un cajero automático.
El entrevistado señaló que aceptó el viaje a otro estado porque su cliente dijo que no tardarían mucho, pues solo iba a ver a su novia y a entregarle algunas cosas. Durante el trayecto todo marchó bien, pero cuando llegaron al destino empezaron las agresiones verbales.
“Nos fuimos platicando en el camino y cuando llegamos a allá le dije: ´hasta aquí marca el maps´. Me dijo: ´quiero que me esperes dos horas´. Le dije que no podía; empezó a hablarme con groserías y me soltó una patada. Yo me defendí. Nos agarramos a golpes y después alguien me dio una patada en el estómago que se me fue el aire y cuando desperté ya me llevaban en un taxi”.
El conductor de Didi refirió que cuando reaccionó el supuesto cliente le pidió que se comunicara con sus familiares porque ellos solo querían dinero. Sin embargo, se negó y les dijo que les daría lo que tenía en el banco, así que se dirigieron a un cajero, donde –aseguró- lo obligaron a retirar siete mil pesos para dejarlo libre.
Majanayim encontró su vehículo unos kilómetros atrás, y cuando regresaba a Morelos vio a unos policías federales, a quienes les contó lo sucedido, pero su respuesta fue: “Mejor vete y dale gracias a Dios que sigues vivo”. Agregó que por esa situación, al día cancela hasta cinco viajes.
Dijo que se registró en la plataforma de Didi porque perdió su empleo de valet parking en una plaza que cerró sus puertas por la inseguridad.