¡Arremangando otra vez desde el carril de alta, ¡seguimos moviendo los muñecos! ¡pamba, una vez más, vales lectores! hasta que se boten los "chespin" (léalo al revés pa’ que lo entienda, cuate lector) engranes de la rotativa y se "engarrote" de nueva cuenta nuestra "superarchirrequeterrequetecontra" visitada página web, chico, grande y figurín ¡en cortina! ¡ya sabanas, llegando el muerto y soltando el llanto!
Mucho hemos hablado sobre el alcoholismo y la drogadicción en general; creo que todo mundo conoce precaria o completamente sobre estos graves trastornos psicológicos que evidentemente deterioran el estado de ánimo de quien lo enfrenta. Lo vive el adicto y su familia, pero creo que en general, cualquier trastorno psicológico deriva definitivamente de un desequilibrio emocional, que tiene un origen claro y nítido. Usted se preguntará, mi brother: ¿cuál es la razón por la cuál no puede dejar de "chupar"?
Ya fue a "jurarle" al Señor de Chalma. Estuvo internado en un centro de rehabilitación y nomás no la ve llegar, sigue "inflando" ¡cada vez más! gritando a los cuatro vientos que prefiere morir hinchado pa’ no llevar arrugas. ¡Chale! ¡así mucha banda desafortunadamente, su majestad! Definitivamente estamos frente a un grave problema que de no atenderse, lo más seguro, es que les acaben poniendo la pijama de triplay.
Dicen los que saben que hay cuatro lugares a donde son enviados los amantes del "chupirul" de no "atenderse: "cana" (cárcel), hospital, "casa de la risa" (manicomio) o de plano al panteón.
El punto es que quien padece de una adicción necesitará buscar ayuda para que entonces, junto con el apoyo de los especialistas, empiecen a "rascarle" a la infancia. ¿En qué momento?, ¿cómo, cuándo y dónde? para ser exactos, descoyunté mis instintos, los instintos que un poder supremo nos dotó cuando nacimos a todos y cada uno de nosotros. Para que usted me entienda, cuate lector, los instintos son eso, justamente, la parte instintiva que todos traemos; instintos para conservar nuestra especie, la supervivencia que va ligada a la seguridad económica. Tan fácil como que usted, mi brother, no esté a gusto con la actividad que desarrolla, un típico comportamiento adictivo. "Acabo de entrar a chambear y quiero tocar el pandero en cortina".
En este instinto natural el individuo se pregunta constantemente si será adecuado el papel que está desarrollando en esta sociedad, y si él no lo considera así entonces quizás a costa de lo que sea, pisoteando a cuanto se le cruce, lo deseará, y en el momento en que no se logre concebir por cualquier circunstancia, el individuo ahogará esa frustración a través del consumo de etílico o de cualquier droga.
De igual forma pasa con el instinto sexual del que fuimos dotados, que además cobra vital importancia, porque de ahí deriva la seguridad emocional; entonces cuando por alguna circunstancia no hubo un desempeño normal en la primera experiencia sexual el individuo vivirá un desajuste emocional íntegro que repercutirá en la adultez, atado a culpas de las cuales no puede librarse y consecuentemente repercutirá en la relación de pareja que en su momento llegará a tener, pero ¿por qué? Quizás no fue como él pensaba que iba a resultar ese primer encuentro sexual. A lo mejor por ahí el primito jugando a la casita le invitó a otra forma de placer sexual. Simple y fácil, no fue como queríamos que fuera y caemos en una rotunda frustración. En este plano, que es el más importante, el plano sexual, es de donde nacen un cúmulo de comportamientos extraños y aberrantes. La ira, por ejemplo, que está íntimamente ligada con el sexo, mis brothers. Así también con la seguridad emocional que acaba por relacionarse estrechamente con el instinto sexual exacerbado, apareciendo en el escenario como lujuria. Y no se espante, en esa necesidad de liberar mis emociones negativas y pretender liberar mi ansiedad, practicamos el sexo de manera aberrante. Finalmente, todos los seres humanos quisimos ser "apapachados" "protegidos", claro, esa es la naturaleza pero ¿qué pasó cuando sentimos que no fue así? pues lo que sigue es la frustración de nuevo y de ahí ¡la rabia! La ira. En fin, el punto es que para lograr esa estabilidad emocional, tan deseada, necesariamente debemos echarnos un clavado a nuestra historia de vida, ¿de dónde venimos? Primero, no se le olvide. Resulta, pues, multifactorial la problemática emocional. Tiene que ver también la influencia genética ¿quiénes fueron mis padres y cómo fueron? ¿qué genes traemos a nivel consanguíneo? Esto es, lectorzotes queridos, a grandes rasgos lo que podría rehabilitar emocionalmente a cualquier individuo. No nada más para acabar con cualquier individuo. No nada más para acabar con cualquier tipo de adicción, consumo quizás de cualquier droga o etílico. Mi percepción es que cualquier tipo de conducta obsesivo-compulsiva requiere de entrada que se conozca el origen de ese desequilibrio emocional. Posterior a ello habrá de ser muy leal y franco para llevar a cabo un cambio radical de actitudes negativas, generadas obviamente por esos arraigos mal entendidos. Partiendo de aceptar total y absolutamente que puedo cambiar mi forma de vida, siempre y cuando acate con responsabilidad que -sea cuál sea la causa- puedo empezar a vivir con tranquilidad, porque ya entendí de dónde es que vengo. Aceptar es como perdonarme, pues, a mí mismo por lo vivido y perdonar también a aquellos que de pronto se cruzaron en mi vida, y lograron frustrar eso que yo creía fue lo peor que me pudo haber pasado. ¿Por qué yo? y ¿por qué él? Simple, eso nos tocó vivir aún con lo peor, para que de ahí surja un nuevo formato de vida. De tal manera que al estar yo bien, podré también estar bien con los demás. Me despido brothers. Ojalá que haya servido de algo este "coto", que seguro estoy que, si lo entienden, podrán empezar a vivir mejor.