¡Cinco, cuatro, tres, doos! ¡cue! Seguimos transmitiendo fieles lectores, desde el más leido, ¡ya sabanas, martes, jueves y sábados! La propuesta de hoy a todos nos puede ser interesante y de gran ayuda, así que ¡mente alerta! ¡abran bien las gafas!

En múltiples ocasiones muy probablemente nos preguntamos, sin obtener respuesta alguna, ¿por qué demonios es que siempre caemos rendidos a los pies de la mercadotecnia convirtiéndonos en sus más fieles rehenes, ¿por qué es que logran influir en nuestro estado anímico ciertos mensajes publicitarios? A diestra y siniestra a todo mundo nos entran los rafagazos de la mercadotecnia ¿cómo de que no? Usted, su majestad, se preguntará ¿cómo? Bien, ahí le va la real: a través de la estrategia de distracción que los diferentes medios utilizan logran cautivarnos, ¿acaso la pretensión es desviar la atención del público de los problemas importantes que nos ocupan a través de sus estrategias? Todas esas mutaciones a las que nos someten son veladas, con el objetivo de inundarnos de distracción y de información -muchas veces insignificante- creándonos la necesidad de consumir aquello que "consideramos" importante sólo porque nos aleja (momentáneamente) de aquello que nos incomoda. Precisamente. ¡Ese es el gran arte, brothers! Los seres humanos tendemos a disfrazar la realidad, La verdad normalmente no la enfrentamos ni con perros bravos, y la mejor oportunidad para liberarnos es el espectáculo que nos ofrece la mercadotecnia; el secreto es mantener al público ocupado y ocupado. Pa’ acabar pronto, mantenerlo cautivo sin darle oportunidad de pensar. ¡Está capri, brothers! La mercadotecnia tiene como objetivo crear necesidad donde no existe, ¡así de facil! ¿Así o más claro? El objetivo es "cranear" (inventar) problemas aún sin siquiera tenerlos y lo peor de todo este asunto es que ellos también nos tienen la solución, a través de la adquisición de tal o cual producto o servicio mágico y maravilloso. ¿cómo la beisbolea? Usted no diga frío, mi lector, hasta no ver a los pingüinos; usted no pite hasta que no acabe el partido, dicen por ahí, mejor ¡pilas! ¡pónganse almejas y consuman lo que en realidad necesiten! No permita, mi lector, que se lo "abrochen" constantemente con todas esas banales propuestas que la neta sólo nos invitan a convertirnos en adictos al sexo, al poder y al dinero con un cúmulo de mensajes subliminales, o de plano de forma directa: "Tienes esto, entonces perteneces a esto" "¿No lo tienes?" ¡Uy, pa’ eso me gustabas! Es más, ¿sabes qué? "ábrete". ¡Ya sabes a dónde!

Acuérdense que al haber gatos no hay ratones. ¿A veces saben qué pienso, adorados lectores? que los mercadólogos nos piensan unos niños. ¿Acaso esto formará parte de la estrategia de estos excelentes manipuladores? Al final del día lo acabo aceptando, al igual que usted, mi lector.

Estamos frente a verdaderos estrategas, hay que aceptarlo, son super estrategias las que utilizan los "amos del mundo". Basta con echar un vistazo a los spots publicitarios, políticos o comerciales; según mi peculiar y fachosa percepción, la gran mayoría se dirigen, en el caso de lo político, con el habitual "discurso", cierto argumento "cautivador"; el beso en la frente de la doñita de la tercera edad, el conmovedor beso a la abuelita, la convivencia con los que menos tienen.. ¡en fin! Finalmente ¡pura fantasía! Lo que se pretende sin temor a excretarla, es que la mercadotecnia logre influenciarnos haciéndonos pensar muy sutilmente que el producto o servicio que nos están dando a conocer es el "chido", el idóneo por muchas razones. Es muy complejo, brothers, el efecto que puede generar la mercadotecnia; finalmente los objetivos buscados, tanto  a nivel político como a nivel  comercial  a través de estas diabólicas técnicas, es lograr la "dictadura perfecta"  en el caso de la política, (que quede, claro su majestad, cualquier parecido con la realidad, es "meritita" coincidencia) y la publicidad el monopolio perfecto; peeeero con la apariencia, por supuesto, de una fantasiosa democracia, donde usted y yo podríamos seguir "transmutando" genéticamente a través de este tipo de esclavitud moderna, trascendiendo a otras tantas generaciones, (qué de por sí, no pelan un chango a nalgadas) a nuestros hijos, a nuestros nietos, a todo mundo. Lo peor de este asunto, digno de la mejor trama de ciencia ficción, mis brothers, es que hasta acabamos agradeciendo a la mercadotecnia manipuladora el "consumo y la diversión" o el "pan y circo", si así lo prefiere su majestad el lector. Ahí se la dejo de tarea, se despide de ustedes su reporñerazo favorito.