¡Seguimos tocando el pandero desde la ciudad del eterno "bloof", chiflando y aplaudiendo "sacando pito y tambor" desde el más leído. ¡Ya llegó su cantonés! ¡así que a "las truchas" de la marquesa y no se me "encharque", mi brother. ¿Qué transita por sus venas? ¿Don Ramón o Don Ching-Wong ( ya ve que en Cuernabala todos son "influyentes" o amigos de algún politiquillo).
A propósito de nuestra distinguida y fina colectividad ¿qué opina usted sobre los usuales celos querido amigo lector?
La pregunta obligada ¿es usted celoso, mi brother, o "nomás" tantito? Bueno si la respuesta es sí ¡buzo caperuzo! y no siga buscándole mangas al chaleco, o tres pies al gato como dicen, póngase ¡almeja! porque al chico rato le cae la voladora. Sin duda los celos son un claro y nítido síntoma de baja autoestima. Sin tanta marimba, el celoso de pronto vive acorralado por esa frustración que le invade porque se siente cucaracha. Es más, podría afirmar que el celoso con su precaria valorización personal se vuelve invisible ante los ojos de los demás, porque el mismo lo decreta con su actitud. Por ello se pone de tapete la mayoría de las veces, les encanta empinarse y que los empinen, incluso llegan a ser candidatos idóneos y perfectas víctimas de la manipulación.
Una vez que el otro integrante de la pareja ya se percató del daño que causa con actitudes y ciertos comentarios pueden provocar que el celoso típico se vuelva literalmente loco. Tras bambalinas, en corto, por ahí se escuchan este tipo de comentarios ¿por qué te pusiste esos calzones? ¿A quién vas a ver o qué? ¡ya te vas con las zorras de tus amigas! La tremenda inseguridad que vive el individuo que cela deriva precisamente de ese instinto social del cual fuimos dotados por el magnánimo, precisamente con un propósito: ¡el propósito de vivir! para todos y cada uno de los que habitamos el planeta Tierra, aunque en el mundo occidental la manifestación del "patriarcado" o del "machismo" nos ha llevado a ocupar los primerísimos lugares en este asunto de los celos ¡eh! mi brother.
No nada más en la relación de pareja, en lo laboral ¡uffff! en todo lo que represente un aparente temor a los deseos naturales que todos tenemos, en el momento que sentimos que nos "tumban" la hacemos de jamón por todo, y por nada, ¡chale, que horror vivir así!
Luego luego el celoso en la chamba se pone ranchero, pone de inmediato carita de paleta payaso sonriendo, pero con el palo bien atravesado. Ahí es donde empieza la verdadera trama de terror, la neta es que todos queremos dormir calientitos ¿o no? partiendo de ahí, el pretender satisfacer la seguridad de tener "el panquecito" a toda hora con su obligatorio "bajonzote" sería de agasajo brothers, lo que sí es que hay que bajarle de eggs (huevo) siendo flexible y cooperativo.
Tener una compañera con la cual compartir lo bueno y lo malo de la vida, es la necesidad instintiva que tenemos todos los seres humanos ¡cómo no!
Aquel que opine lo contrario, habría que analizarlo a través de algÚn tipo de test, acuérdense que los seres humanos somos gregarios por naturaleza. Además, bien lo dice el viejo refrán popular, "la soledad es mala consejera". no sea que al ratón le deje de gustar el sexo opuesto, mi brother, y si así fuera, cada quien sus chicles, tan respetuosos como siempre, su majestad.
En algunos casos, hay que decirlo, hay quien se llena de mascotas para cubrir el instinto de seguridad emocional. La realidad es que el hombre alcanza la perfección cuando comparte sano con una pareja. Me cae que sí. ¡ya se la sandwich! ¡pero con la misma mujer, mi brother! porque a lo mejor usted es de los que gustan de andar como los elefantes, de flor en flor, del tingo al tango. Nomás eso sí, almejas con el "papiloco" (papiloma humano) por citar algún tipo de enfermedad sexual de las más "chavitas", porque un "sidral" (sida)… Ahí le encargo mi bro. La falta de autoestima nos lleva justamente a vivir celando todo a nuestro alrededor, incluida por supuesto la pareja. los celos no son otra cosa que un mecanismo de defensa ante esa seguridad emocional, así que "cuidadete" y le demos rienda suelta a la macabra computadora cerebral capaz de producir la mejor obra maestra del séptimo arte. Es más basta, con abrir cualquier "pasquín" amarillista para enterarnos que fulanito le dio gas a sultanita porque supuso que le hacían de chivo los tamales, aunque hay por ahí otro refrán que dice que pienses mal y acertarás. ¡Ahí está la disyuntiva, mi brother!
Ya me voy porque aquí espantan, ahí se las dejo para que la desglosen. Se despide de ustedes su reporñerazo favorito.