Highrise of Homes es un proyecto teórico de la oficina estadounidense SITE del arquitecto James Wine creado en el año de 1981. La propuesta plantea una matriz o estructura en vertical que pueda acomodar una comunidad de vivienda privada orientada, conceptualizada y ubicada para las ciudades americanas.
La estructura de viviendas ofrece a sus habitantes una manera única de vivir, ya que están rodeadas de áreas verdes y la posibilidad de formar comunidades en cada entrepiso sin la necesidad de grandes extensiones de terreno. James Wine plantea su edificio teórico en una estructura mixta de concreto y acero que permite una mayor densidad de casas, ofreciendo una alternativa al sistema tradicional de condominios americanos que abarcan enormes áreas urbanas.
Con el proyecto de la oficina SITE viene a mi memoria un nuevo planteamiento de cómo parcelar la ciudad. Me resulta bastante interesante formular hoy en día un “Highrise of Homes 2.0”, por así llamarlo.
En el artículo anterior hemos procesado información sobre la forma en cómo se parcelan las áreas urbanas de nuestra ciudad, dando como conclusión de que no podemos continuar con el mismo esquema.
Si bien el proyecto de James Wine es una idea que abre un abanico de posibilidades, sí es importante recalcar los errores que esta pueda tener, por ejemplo: el hacinamiento que se genera por el excesivo uso de entrepisos; la poca iluminación de las viviendas. Las viviendas se plantean una sobre otra y eso inevitablemente obstruye la iluminación natural, orillando al habitante a hacer uso de la iluminación artificial (IMG. 1); la dudosa vida en comunidad que plantea J. Wine.
Acorde a las ilustraciones presentadas, sería casi como vivir en una vivienda aislada o como cualquier otro departamento; la centralización de las circulaciones verticales. Si bien puede ahorrar recursos y espacio a un comienzo, esto a futuro dejará de funcionar por el alto costo de mantenimiento y el uso excesivo de personas, orillando a que deje de funcionar y hasta en un momento dado ser un lugar peligroso por la carente interacción social; la poca posibilidad del uso de suelo. Debido a que solo se orienta a vivienda privada y no a otros usos, como oficinas, comercio, agricultura, entre otros. Cabe señalar que, sí se plantea comercio, pero solo en planta baja y dependiendo de la escala y el emplazamiento del edificio; la falta de espacio público. Una vez más sí lo plantea, como lo muestra la IMG. 2. Sin embargo, como sucede con el comercio, solo en planta baja y en pocas ocasiones. El espacio público, a mi visión, debería de entrelazarse con el conjunto y con la ciudad creando una conexión entre lo público, lo semi-público y finalmente pasar a lo privado. Esto no solo ayuda a crear nuevos tejidos sociales o tener una mejor calidad espacial sino también, a “hacer ciudad”; la nula propuesta de diseño arquitectónico y urbano a nivel conjunto. Wine nos maneja una simple estructura de entrepisos apiladas una tras otra sin ningún criterio de diseño o calidad espacial; por resaltar un último punto, la propuesta de Wine, a mi parecer, deja a un lado la diversificación socioeconómica. Plantea un solo esquema de vivienda, el residencial, es decir dentro del estrato social más alto sin una mezcla de clases. Esto a su vez provoca desigualdad y rencor social. La carencia de un prototipo de vivienda para las personas de bajos recurso es esencial en un proyecto de esta índole, además de abrir un sinfín de propuestas interesantes sobre vivienda social.
No pretendo enfatizar que la propuesta de la oficina SITE sea errónea, sin embargo, para nuestros tiempos esto no sería lo más correcto. Hay que estudiar, analizar y ejecutar proyectos que resuelvan las problemáticas de hoy en día.
El suelo urbano es el territorio y espacio más valioso que existe en la ciudad. Por eso su preservación, cuidado y aprovechamiento debe ser esencial para un buen funcionamiento.
Mi propuesta plantearía la visión de James Wine, pero enfocada a nuestro momento histórico, a las ciudades mexicanas, a la cultura e identidad que preservamos, al proceso creativo del diseño arquitectónico y a la calidad espacial del conjunto. Sin embargo, el Highrise of Homes de nuestros días debería llamarse “Highrise of lots” (Rascacielos de lotes) un edificio multifuncional, con mezcla de usos de suelo, sociales y económicas, y que con el tiempo crezca, decrezca y cree su propia metamorfosis acorde a la época en que funciona.