También registran más de diez asaltos al mes.
Juan, quien trabaja como operador del transporte público, denunció que la inseguridad les afecta de manera constante porque -según le comentaron sus compañeros- hay días en lo que registran hasta seis casos de robo de autopartes, principalmente en Jiutepec y Emiliano Zapata.
“La inseguridad afecta tanto al operador como al dueño del carro. Hay muchos asaltos y robos de autopartes, por ejemplo, nos han robado la computadora de la ruta, que cuesta hasta siete mil pesos, pero no se presentan las denuncias por miedo a represalias y porque no hay investigación de parte de las autoridades”, expresó el entrevistado, quien labora desde hace varios años en la Ruta 11.
Dijo que cuando platica con sus colegas de otras organizaciones coinciden en que la violencia ha pegado fuerte a este sector, porque han registrado más de diez asaltos al mes.
Explicó que los robos ocurren en las calles donde los operadores dejan sus unidades. Explicó que los camiones se quedan en el domicilio del conductor porque al otro día salen muy temprano para la base y de ahí siguen su itinerario.
En cuanto a su trabajo -señaló- él cumple con pedir a los pasajeros que usen el cubrebocas para evitar contagios de covid-19, pero no todos hacen caso y ha detectado que en colonias populares la gente no ha hecho conciencia sobre la gravedad de la enfermedad.
Señaló que desde que empezó la emergencia sanitaria la Secretaría de Movilidad y Transportes (SMyT) ha aplicado once multas a ruteros de esta organización, porque fueron sorprendidos durante su horario laboral sin el tapabocas.
Juan refirió que en la Ruta 11 todos los operadores son supervisados para que cumplan con el “escudo de salud” -el uso del cubrebocas y de gel antibacterial, principalmente- de lo contrario son acreedores a una amonestación.
Sin embargo, indicó que, aunque pide a las personas ponerse el cubrebocas algunos se molestan y responden de manera agresiva. Otros atienden el llamado, pero se lo retiran una vez que están arriba de la unidad.
