Nuevamente transmitiendo desde el bunker editorial, fieles lectores del más leído, con una propuesta que les puede llegar a interesar. De ser así, ¡mente alerta! ¡buzos caperuzos! ¡abran bien las gafas como mojarras! pero como mojarras vivas, ¿eh? ¡no muertas! ¡truchas!
Cuántas veces nos preguntamos porque al final del día caemos rendidos a los pies de la mercadotecnia. ¿Por qué es que diversas campañas logran influir en nuestro estado anímico? ¡a diestra y siniestra! ¡a todo mundo nos entran los rafagazos de la mercadotecnia! ¿Cómo? A través de la estrategia de distracción que los diferentes medios utilizan. Se trata de desviar la atención del público de los problemas importantes. Todas esas mutaciones a las que nos someten son veladas a través (y perdone que le insista, compa lector) de inundarnos estratégicamente de distracción ¡pan y circo!
Hay que decirlo, información muchas veces insignificante, creándonos la necesidad de consumir, asimilar, asentar aquello que consideramos importante, simplemente porque nos aleja momentáneamente de aquello que nos incomoda. Precisamente, ¡ése es el gran arte, brothers!
A veces queremos disfrazar la realidad que no enfrentamos ni con perros bravos, y la mejor oportunidad para liberarnos es el espectáculo que nos ofrece la mercadotecnia. El secreto es mantener al público ocupado, ocupado, y ocupado.
Pa’ acabar pronto: mantenerlo cautivo sin darle oportunidad de pensar.
¡Está capri, brothers! La mercadotecnia tiene que crear necesidades, es decir, nos tiene que inventar problemas o disuadirnos de los mismos para que después ¡ellos nos den la solución! ¡ya sabe!, a través de la adquisición de tal o cual producto, servicio, o ideología. ¡Así de fácil! ¿Cómo la beisbolea, mi brother!? Usted no diga frío, mi lector, hasta no ver pinguinos, dicen por ahí¨
Mejor, ¡pilas! ¡póngase almeja y consuma lo que más necesite en todos los sentidos!
No permita que se lo "abrochen" constantemente con todas esas banales propuestas disfrazadas, “¿tienes esto? Entonces perteneces a esto" ¿No lo tiene? Entonces "ábrase" ¿A veces saben qué pienso, lectores adorados? Que los mercadólogos nos piensan unos niños. ¿Acaso esto formará parte de la estrategia de estos excelentes manipuladores? ¡Hay que reconocerlo! son verdaderas estrategias las que utilizan los "amos del mundo". Basta con ver, escuchar y analizar los spots comerciales o políticos. Desde mi peculiar y fachosa percepción, la gran mayoría se dirigen, en el caso de lo político, con el habitual "discurso", cierto argumento "cautivador", el beso en la frente a la abuelita, la convivencia con los que menos tienen ¡en fin! ¡Pura fantasía, ¡pura de aire!
Para la mercadotecnia somos espectadores de corta edad. Cuando tenga oportunidad analice, mi lector, observe como todas las propuestas se dirigen pensando en que sea cual fuere el perfil, el objetivo tiene que dirigirse pensando que el total de la audiencia tiene doce años de edad. El asunto es utilizar mayormente el aspecto emocional para cautivar y convencer, la reflexión queda en este caso en un segundo término, hay que provocarle un corto circuito a lo racional para "levantarla" y lograr los objetivos.
Además, algo bien importante, "parnitas", grábenselo (pero no para manipular, ¿eh? agujetas) utilizar el recurso emocional abre la puerta del acceso automáticamente al inconsciente de cualquier ser humano, una vez "carburaditos" emocionalmente, llega la "descargota de ideas" que inducen de alguna forma nuestro comportamiento. Se trata de utilizar la psicología, brothers, ¡ése es el gran secreto!
Es por ello que muchos gobiernos deprimen la calidad de la educación, porque entre más pobre y mediocre sea la brecha de la ignorancia, acabará aislando a las clases inferiores de las clases que "mueven los muñequitos".
Por eso cada ratito le corro el videotape sobre la importancia que tiene la lectura ¡para que nos dejen de majear, mi brother! De esta forma usted congela o colapsa ese aislamiento, esa polarización que a nadie conviene. La mercadotecnia hoy en día y siempre tiene que hacer creer a la víctima que es culpable; ¡casi casi! "Te lo dije: por no consumir esta marca, o este servicio, o por no creer en este discurso te cayo la voladora".
El punto es que el posible consumidor tendrá que entender que él es el único responsable de su desgracia. De esta forma, en lugar de juzgar y rebelarse, él solito se acabará devaluando y culpabilizando. Posterior a este macabro suceso, el individuo se deprimirá, inhibiendo cualquier tipo de acción en contra del dictatorial sistema.
Lo peor de este asunto que pareciera de ciencia ficción es que al final del día muchos hasta acaban agradeciendo a la mercadotecnia manipuladora el "consumo y la diversión" o el "pan y circo".
Ahí se las dejo de tarea, brothers. ¡Hasta la próxima!