Disminuyeron los pedidos y aumentó el número de distribuidores.
“La plataforma nos manda a zonas inseguras a lugares que no conocemos. Por eso, me desconecto de la aplicación a las diez de la noche para no recibir solicitudes de servicio, porque cuando las cancelaciones son frecuentes nos sancionan con horas y días fuera de servicio o hasta la suspensión de la cuenta”, contó Emanuel Núñez, quien trabaja como repartidor de comida.
Explicó que trabaja desde muy temprano para no laborar en horario nocturno, porque sus compañeros le han comentado que hay muchas zonas peligrosas donde varios han sido asaltados.
Emanuel se registró en la aplicación de Didi Food hace un año y contó que al principio realizaba hasta 20 entregas de alimentos en un promedio de ocho horas. Sin embargo, desde que la gente empezó a salir, el servicio para llevar disminuyó en un 50 por ciento.
Actualmente sus ingresos diarios son de entre 400 y 500 pesos, de los cuales 100 son para la gasolina de su motocicleta.
Refirió que en los últimos dos meses ha batallado en su trabajo. Por ejemplo, el jueves empezó a laborar a las once del día y hasta las dos de la tarde apenas había entregado un pedido.
“Ahorita ha sido un poco difícil en los pedidos porque la gente sale más y ya no hay servicio a domicilio. Yo creo que ya no es rentable este trabajo porque cada día hay más repartidores, entonces tenemos menos servicios”.
Sin embargo, indicó que no puede dejar de laborar porque su esposa y sus hijos dependen de él.