Uber bloqueó su cuenta por pedir a una mujer usar cubrebocas.
Con un oso de peluche, Alfredo Velázquez -conductor de plataforma- impide qure sus pasajeros utilicen el asiento del copiloto, para mantener la distancia necesaria para evitar contagios.
Este juguete -cuenta Alfredo- forma parte de su vida desde hace varios años y en febrero pasado comenzó a acompañarlo en su trabajo. Incluso, le puso nombre –“Mori”- y lo concibe como un muñeco protector.
“Antes trabajaba en un taxi y tengo una amiga que vendía peluches. Un día me pidió un servicio a la Ciudad de México, fuimos y la acompañé a hacer sus compras; vi este peluche, me gustó y lo compré y hace unos meses decidí subirlo al carro”.
El peluche lo acompaña todos los días en su jornada laboral porque señaló que se ha encontrado con clientes -principalmente jóvenes en estado de ebriedad- que pretenden utilizar el asiento del copiloto.
El entrevistado narró el preocupante incidente que vivió a causa de la contingencia: el año pasado, cuando era operador de Uber, tuvo un problema con una mujer a la que le pidió utilizar el cubrebocas. La joven lo reportó con la empresa digital y ésta, sin previa investigación, canceló su cuenta.
De este caso -refirió- la chica abordó la unidad sin llevar puesto el cubrebocas, por lo que Alfredo le cuestionó: "¿cuándo va al super se pone cubrebocas antes de entrar?".
La usuaria respondió de manera afirmativa y el conductor contestó “pues aquí es lo mismo, le pido que se ponga el cubrebocas”.
Este llamado de atención molestó a la mujer, que cuando terminó el viaje reportó lo sucedido a la plataforma.
“Ella me reportó y a Uber no le importó la razón de cómo pasaron las cosas, solo escuchó la versión de la chica. Hablé a soporte y me dijeron que no podían hacer nada y me dieron de baja, y en febrero de este año me registré en Didi”.
A raíz de esta situación decidió colocar el oso de peluche con su cubrebocas en el asiento del copiloto, para que nadie más lo utilice.