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Llevan a La Llorona a Ticumán


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Llevan a La Llorona a Ticumán
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Llevan a La Llorona a Ticumán


Llevan a La Llorona a Ticumán
Fotógraf@/ MÁXIMO CERDIO
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Cuatecomate Teatro realiza una adaptación libre de la leyenda tradicional.

Tlaltizapán. Con venta total de boletos se estrenó, por primera vez en Ticumán el jueves 28 de octubre, La Llorona, del grupo Cuatecomate Teatro Ticumán.

Desde las 6 de la tarde, la calle Amador Salazar estaba bloqueada por aun auto de los años ochenta. Al lado del número 21, había una pantalla y unos muchachos vestidos con playera negra manipulaban un aparato de sonido que invitaba a acudir a la representación de La Llorona, del grupo Cuatecomate. Habría tres funciones diarias, del 28 de octubre al 1 de noviembre.

A las 7:45 de la tarde se abrieron las puertas de la casa marcada con el número 21 de la calle Amador Salazar, en donde se montó una adaptación libre de la leyenda tradicional La Llorona: mujeres, jóvenes y niños conocieron la historia una mujer que asesina a sus hijos, llevada por la rabia al descubrir que fue engañada y abandonada por un hombre.

El domicilio, prestado por una mujer de la comunidad, fue adaptado con luces, audio, enseres (construidos e instalados por el grupo teatral) para la puesta en escena de esta obra que consta de un solo acto y se desarrolla en tres escenarios y tres momentos dentro de la vivienda.

Llevados por la narración del sereno (un hombre viejo con un farol que anunciaba las 12 de la noche), el público que pagó su entrada para ver la obra fue conducido a la entrada de la vivienda.

En la primera escena donde el sereno, acompañado por la parca, plantea la historia de La Llorona, un niño no aguantó el miedo y tuvo que salir con su familia; pero la obra siguió.

En una vecindad, en donde jugaban varios chicos a la ronda, dos mujeres platicaban sobre un choque de un autobús de pasajeros contra un puente, cerca de allí. Poco a poco fuero llegado a sus casas varias personas que viajaban en el autobús, y sus familiares los recibían con alegría.

Una de las mujeres advirtió que una vecina vestida de negro tendía ropa en el patio común y discutió con ella. A la vecindad llegaron varios inquilinos y comentaron el incidente, y alguien platicó sobre la existencia de La Llorona; una de las mujeres dijo que sabía una versión de la historia y comenzó a narrar.

Conducidos por un muchacho del staff, el publicó avanzó hacía lo que era una especie de jardín de la casa. Allí dos mujeres, un muchacho y un niño introdujeron al público en la trama: desde que una maestra recién llegada se enamora de un capitán hasta que, pasado el tiempo, la abandona, dejándole dos niño y una gran pena, ya que anunció que se iba a casar con otra mujer del pueblo.

Posteriormente los espectadores fueron conducidos hacia adentro de la casa, a oscuras. Allí la actriz que encarna a la llorona enloquece y mata a sus hijos; después los comienza a buscar con los gritos con los que se identifica el personaje: ¡Ayyy, mis hiiiijjjjos!

La mujer que narra la historia descubre que, su hijo, su esposo, la chica y el chico con el que platicaba, están muertos. Allí termina la obra.

Después de que se prendieron las luces, los actores y actrices dieron las gracias y el público aplaudió la buena actuación, el vestuario, los efectos de sonido y las luces.

Diez minutos después, entraría otro grupo, dispuesto a sorprenderse. Faltaría la tercera función, con un público más numeroso todavía, ávido de conocer esta leyenda que, según algunos estudiosos, se origina durante la conquista española y es una representación que tiene como personaje central a Hernán Cortés y a La Malinche.

 

Cuatecomate: actores comunitarios de todas las edades

Johanna Arizai Castillo Cabrera, integrante del grupo, en entrevista dijo que el elenco está integrado por Isidro Cuevas Romero, de 50 años, Onney Labra Brito, de 34, Andrés Cabrera López, de 35, Perla Briyite Chávez Palacios, de 35, Armando Zamora Mora, de 53,  Ethan Santiago Sánches Ortiz, de 18, Galilea Sayan Sánches Ortiz, de 12, Eleuteria Guadarrama Hernández, de 58, Alejandra Guadarrama Hernández, de 43, Jonathan David Medran Sotelo, de 25, Ana Carolina Serna Jiménez, de 22, Edgar Gael Castillo Rivera, de 15, Alice Nahomi Montenegro Bahena, de 11, Marisol Zamora Guadarrama, de 12, Andrey Cabrera Labra, de 13 años, Andelyn Cabrera Labra, de 7, Ismael Cuevas Jiménez, de 17, Francisco Cuevas Jiménez, de 23, Danely Ayon Salgado, de 11 y Julio Gonzáles Flores, de 45 años, todos de la comunidad de Ticumán.

No comenzamos a integrar y a consolidar guiados por el interés en reforzar el tejido social de nuestra comunidad y en impulsar el arte como forma viable de vida. A partir de disciplinas distintas entre sí, hemos coincidido en proyectos culturales y comunitarios, lo mismo que en talleres y cursos de educación continua enfocados en arte, historia y trabajo comunitario. A partir de nuestro trabajo artístico hemos creado lazos muy fuertes de lealtad y amistad que nos permiten trabajar con disciplina, eficacia y total entrega. Todos hemos tomado talleres con diversos maestros de actuación y de otras disciplinas artísticas tanto con maestros mexicanos como extranjeros”, abundó.

De acuerdo con Johanna Arizai Castillo, en Ticumán, es la primera vez que se monta la clásica leyenda de “La llorona”.

La versión es libre y de dirección colectiva. La música, el juego espacio-temporal, el horror, la cosmovisión indígena y el mito colonial se entremezclan en un espectáculo itinerante a lo largo y ancho de la casa de una familia promedio de la comunidad.

“Como parte de las acciones complementarias se estará presentando al público un videoclip musical, un microdocumental, una canción con arreglo original y un puñado de eventos multidisciplinarios como la temporada especial de horror en el cineclub “Casa de la Abuela”, un tianguis cultural y un recorrido en desfile-procesión por las principales calles de Ticumán”, explicó.

 

Sus orígenes

El Grupo Cuatecomate Teatro nace en 2017 y, luego de varias transformaciones, se consolida en 2021 con una alineación de más una docena de actores comunitarios, promotores culturales y amantes del arte en general, entre los que se encuentran estudiantes de todos los niveles, amas de casa y oficiales de un puñado de oficios como el de pintura, la jardinería y la construcción; todos ellos: madres, padres, hermanos e inclusive abuelos, de la antigua comunidad de Ticumán, Morelos.

Con el grupo se busca fortalecer los lazos que forman el tejido social ticumense y, preocupados por el rescate de las costumbres, la tradición oral, los ritos y las peculiaridades históricas de una comunidad cuyo origen ha podido rastrearse hasta el preclásico, el Grupo Cuatecomate echa mano de las artes escénicas y visuales, así como de la música y otras manifestaciones artísticas para crear ambientes seguros en donde los habitantes de la comunidad puedan disfrutar del arte y la cultura en todas sus variantes y practicar la sana convivencia; todo, mientras aprenden y reflexionan sobre la importancia de la unidad ciudadana, la labor conjunta en comunidad y el apego a los valores y creencias que brindan identidad.

Johanna Arizai Castillo Cabrera relató que tienen una visión comunitaria y, por ende, se preocupan de problemas de la comunidad, sin embargo también prestan atención a temas de derechos humanos y a problemáticas como la corrupción y la violencia de género, por ejemplo.

“Estamos particularmente interesados en la difusión del patrimonio cultural inmaterial de los pueblos, al cual, se puede acceder solamente acercándose a la gente y conociendo, de primera mano, sus preocupaciones, intereses y formas de vida”, afirmó.

La actriz explicó que les interesa reivindicar el nombre de una comunidad tradicional que ha sido gravemente afectada por la migración, la delincuencia, la intolerancia y la violencia género, mediante acciones concretas que permitan recuperar el equilibrio social, cultural y natural y, a la vez, promuevan la descentralización de la cultura, el arte y la educación de las grandes capitales del país y su monopolio por parte de los grupos sociales de mayor poder adquisitivo.

 

El teatro afuera

“Las acciones del Grupo Cuatecomate comienzan en escenarios y lienzos en blanco, sin embargo, buscan extenderse a los hogares, las calles y las plazas públicas, las escuelas y los puntos de reunión común con campañas tanto de promoción del arte y la cultura como con jornadas de preservación de espacios, campañas de salud, tareas de rescate animal, cursos y talleres de género y labores múltiples a favor de la preservación de las costumbres y las tradiciones locales”, explicó.

Johanna Arizai Castillo dijo que La Llorona es el primer montaje que el grupo Cuatecomate Teatro Ticumán realiza como grupo independiente profesional.

Eligen obras en donde pueran representar usos, costumbres y tradiciones mexicanas.

“En esta temporada en específico nos enfocamos en leyendas locales y en pastorela tradicional, sin embargo, también nos ocupamos de temas de interés general”, puntualizó.

 

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