En quince años en el volante a David lo han asaltado en tres ocasiones.
“Nunca me ha gustado trabajar en sitio, siempre en la calle. Sin embargo, por la pandemia tuve que buscar un sitio de taxis para no gastar tanta gasolina dando vueltas y realizar por lo menos un servicio (viaje), porque en los primeros meses no había nada de gente en las calles”, expresó el taxista David Salazar.
Contó que en los primeros cinco meses de contingencia sanitaria trabajó en un sitio de taxis donde tenía que pagar 180 pesos a la semana para que los encargados de las líneas telefónicas le asignaran clientes.
Sin embargo, en cuanto avanzó el color del semáforo sanitario y la gente empezó a salir a las calles renunció a esta empresa porque no le gustó el esquema de trabajo, pues tenía que pagar 50 pesos cuando no podía hacer guardia.
Aunque cada día hay más movimiento en las calles, el entrevistado señaló que por la pandemia trabaja todos los días desde las seis de la mañana hasta las doce de la noche para reunir el dinero suficiente que le permita solventar los gastos en su casa y juntar mil pesos semanales para la cuenta a su patrón.
“Por el tiempo que llevo trabajando como taxista ya tengo algunos clientes y ellos son los que me han salvado de una crisis económica fuerte, como la que vivieron algunos compañeros, que tuvieron que dejar el carro porque no juntaban dinero ni para la gasolina”.
De su labor refirió que se ha encontrado con personas que se van sin pagar por el servicio, otros que se desahogan de los problemas que tienen en casa y hasta quienes han cancelado el servicio porque en su vehículo no lleva imágenes religiosas “que los proteja en el camino”.
También contó que ha sido víctima de tres asaltos, por lo que ahora se guía por su instinto para evitar ser víctima de los delincuentes.