Sus hijos son abogados gracias a su trabajo como checadora, asegura María.

María Martínez asegura que gracias a su trabajo como checadora de rutas -que ejerce desde hace 28 años- y a la elaboración y venta de piñatas, sus hijos terminaron sus estudios universitarios y ahora le ayudan con los gastos en su casa.

Contó que tuvo cuatro hijos, dos de los cuales estudiaron la licenciatura en Derecho, uno más tomó cursos de paramédico -pero está desempleado- y el otro, que trabajaba como parrillero, perdió la vida en un accidente.

María considera que su vida ha sido difícil, pero está orgullosa por el logro académico de sus hijos, quienes ahora la apoyan con los gastos en su casa, por lo que los ingresos que ella obtiene como checadora de rutas los utiliza para su comida.

“Afortunadamente mis hijos ya terminaron sus estudios y me ayudan en la casa, lo que me dan los operadores lo ocupo para mi comida; mi hija también se encarga de comprar las cosas para la cena de Navidad y para tener un pequeño convivio”, expresó.

Aunque su jornada es de ocho horas todos los días, la entrevistada explicó que aprovecha sus ratos libres para elaborar piñatas y venderlas afuera de su casa, para tener un ingreso extra.

De su labor como checadora, explicó que se encarga de registrar el tiempo de diferencia que llevan los operadores de unas 13 organizaciones, aunque muy pocos choferes le dan propinas y cuando le va bien al día reúne hasta 100 pesos, cuando no con mucho esfuerzo junta 60 pesos.