La falta de recursos en su familia frenó sus estudios; quería ser contadora.
La carencia de dinero en su familia impidió que Reina María continuara con sus estudios y, aunque solo terminó el nivel básico, dice que le hubiera gustado estudiar contabilidad.
Reina afirma que se le complicó estudiar la universidad porque sus padres no tenían dinero suficiente para costear los estudios de sus siete hijos. Por eso, a los 12 años de edad empezó a trabajar en zapaterías y tiendas de ropa, y al mismo tiempo estudiaba la secundaria.
Antes de cumplir la mayoría de edad dejó su empleo en las tiendas para dedicarse a trabajar como checadora de rutas, pues le comentaron que se obtienen mejores ingresos que en un empleo formal.
Por eso desde hace 33 años se encarga de registrar el tiempo que separa a los choferes de diferentes organizaciones del transporte público y a cambio recibe unas monedas que, al concluir su jornada, suman unos 250 pesos o más.
Con el paso del tiempo esta actividad ha disminuido porque los concesionarios han implementado el uso de la tecnología en sus unidades, por lo que ya no es necesario que los checadores registren de manera manual el tiempo de diferencia que hay entre un vehículo y otro.
Por esa situación y ante la disminución en sus ingresos, Reina también realiza labores de limpieza en casas para obtener dinero extra y así solventar los gastos de su hogar y mantener a su nieta, tras el fallecimiento de su hija.
“Me dicen que soy mil usos porque trabajo aquí (como checadora), dos o tres días hago limpieza en casa y tengo tiempo para cuidar a mi nieta. Gracias a Dios mis hijos ya crecieron, son independientes y, cuando estoy en un apuro, me ayudan, nunca me han dejado sola”.
Reina tiene 50 años de edad y comentó que ha pensado en abrir un negocio para solventar sus gastos cuando tenga que dejar su actividad en la calle.