La semana pasada, Cuernavaca fue centro de atención gracias a una desafortunada noticia. El día 7 de junio la “muy eficiente” Secretaría de Obras Públicas de nuestra amada ciudad, citaba a medios de comunicación para transmitir la reinauguración del paseo ribereño, un área que se entrelaza con las barrancas y un pulmón verde para la capital.
Esa mañana se amontonaba un grupo de personas dispuestas a cruzar, lo que al momento parecía divertido, un puente colgante recién remodelado, que por cierto toda la obra costo arriba de tres millones de pesos. Al momento del cruce el puente sufre una falla que al instante pareciera una falla por sobrecarga, sin embargo, no lo es, la falla viene de una serie de elemento bastante graves a nivel estructural, aunque la principal causa se debe a la adherencia de los elementos de conexión. En los videos se puede apreciar el uso de varilla para soldar al acero estructural con una conexión comúnmente conocida como “tipo pescado” la cual es muy penada a nivel internacional en los reglamentos de construcción. De esta forma, su adherencia puede ser menor al 50%, debido al contenido de carbono entre aceros. Aunado a lo anterior esta la persona irresponsable que salta y genera una onda de vibración poniendo al puente en una situación de resonancia hasta su punto de falla.
La mayoría puede culpar a la sobrecarga o a la resonancia que tuvo el puente, pero estamos hablando de un puente ubicado en un espacio público de una capital, por tal motivo los cálculos no pueden ser de baja resistencia, por lo contrario, deben ser puentes calculados para resistir cargas mucho mayores.
El siniestro que por un momento parece desafortunado, no lo es. El siniestro arrastra problemas bastante serios: mas allá de la tragedia y el aparatoso accidente, lo sucedido está plagado de corrupción, falta de ética y por supuesto una deficiente supervisión de obra, tanto del municipio como de la constructora encargada.
Una vez más aclaro mi inquietud sobre los procesos que implementan los municipios al momento de designar obra pública, proyectos que en su mayoría son por adjudicación directa y sin ningún proceso de licitación. De verdad esperamos una mejor respuesta de la nueva administración.