Felipe asegura que a veces sólo reúne entre 70 y 80 pesos al día.
Felipe de Jesús Arroyo trabaja desde hace 30 años como checador de rutas, pero también realiza trabajos de mecánica automotriz, porque dijo que desde que las unidades del transporte público cuentan con el sistema de barras de conteo de pasajeros sus ingresos económicos disminuyeron de manera considerable.
Refirió que empezó a trabajar como checador “de paso” en 1990 y en ese entonces en cuanto a ingresos no le iba mal. Sin embargo, con el paso de los años la situación económica ha cambiado y a la fecha hay días en los que con mucho esfuerzo reúne entre 70 y 80 pesos.
Indicó que sus ingresos han disminuido hasta en un 70 por ciento, pues a diferencia de los checadores contratados -que reciben entre cinco y 10 pesos por operador- en su caso, aunque se encarga de registrar el tiempo de diferencia que hay entre un conductor y otro, muy pocos le recompensan con una propina.
“El cambio en el transporte ha sido evidente. Por ejemplo, los ingresos han bajado mucho desde que las organizaciones empezaron a colocar barras contadoras en las unidades. Por eso varios checadores tienen que buscar otra fuente de ingresos para poder subsistir”, afirmó.
En su caso -dijo- gracias a que tiene un taller de mecánica automotriz ha podido mantener a su familia.
Felipe de Jesús contó que durante su trabajo como checador ha sido víctima de agresiones verbales por parte de pasajeros ebrios a los que no se les permite subir a las unidades y entonces se desquitan con él.