“La necesidad me llevó a trabajar aquí en la ruta porque mis papás tenían una tienda de abarrotes, pero por la pandemia la cerraron y para los gastos de la casa pidieron cuatro préstamos y ahora los tenemos que pagar”, afirma Luis Fernando Sánchez, quien trabaja desde hace seis meses como operador del transporte público.
Luis concluyó sus estudios de nivel medio superior y aunque no pudo continuar con la universidad dice que en unos años le gustaría estudiar la licenciatura en contabilidad, pues ha visto que el trabajo en la “ruta” es cansado y mal pagado.
Comentó que está agradecido con el conductor de la Ruta 1 que lo capacitó para desempeñar esta actividad; sin embargo, en un futuro desea retomar sus estudios, porque el volante implica una gran responsabilidad.
“Primero tenemos que salir de las deudas porque pedimos grandes cantidades de dinero”, dijo.
En su primer día de trabajo -apuntó- sintió emoción y al mismo tiempo nervios por manejar un camión, por lo que tuvo pequeños errores que con el tiempo superó.
Aunque su trayectoria como chofer es de seis meses, señaló que es una labor estresante, debido a que diariamente dedica más de 13 horas al volante y en ocasiones con mucho esfuerzo se lleva 200 pesos a su bolsa, pues primero tiene que reunir el dinero para la cuenta y para comprar el combustible.