Porque todos los días cobra.
“Terminé mi carrera en administración y recursos humanos, pero no me gusta trabajar de eso por el salario; en la ‘ruta’ se gana diario y en una empresa tengo que esperar a la quincena y uno está acostumbrado a tener dinero todos los días”, señala Erick Daniel Castelo, quien trabaja como operador del transporte público.
Comenta que desde que estudiaba la secundaria veía a su papá trabajar en el transporte colectivo y aunque su progenitor no quería que siguiera sus pasos, Daniel recuerda que cuando terminaba sus clases acompañaba a los operadores para que le enseñaran a conducir.
Desde ese tiempo, Daniel agarró el gusto por el volante y cuando comenzó sus estudios de nivel superior tuvo la oportunidad de trabajar tres días a la semana en la Ruta 18, con la condición de que no abandonara la escuela.
Hace cinco años se graduó de la licenciatura en administración y recursos humanos, pero se mantuvo al volante hasta que la crisis económica que ocasionó la pandemia de covid-19 lo obligó a buscar otra actividad y emigró a Tijuana, donde trabajó dos años en una empresa.
Sin embargo, refiere que regresó a la “ruta” porque extrañaba a su familia.
“El trabajo en la ‘ruta’ es un poco estresante porque se tiene que respetar el tiempo que nos marcan en la base. A veces la gente no lo entiende y se molesta cuando corremos, pero no saben que pagamos 15 pesos por minuto atrasado y hay días que pagamos hasta 30 minutos”.