Tiene 45 años de rutero.
Aunque su cuerpo le reclama un descanso, Jorge -quien trabaja como operador del transporte público- dice que por el momento no piensa en dejar el volante, porque tiene la creencia que al suspender sus actividades podría enfermarse.
“Me acostumbré al trabajo, por eso no lo dejo. Si no trabajo me siento mal; no puedo estar en mi casa sin hacer nada, tengo que salir porque pienso que si no estoy activo eso incrementa las enfermedades”, señala Jorge, cuya trayectoria como chofer de “rutas” es de 45 años.
En los años que lleva al volante -refiere- solo por la pandemia de covid-19 se vio obligado a descansar unos tres meses.
Jorge afirma que con la emergencia sanitaria sus ingresos económicos disminuyeron de manera considerable y aunque actualmente se ha visto una mejoría, asegura que no obtiene la misma cantidad de dinero que recibía en los años sin pandemia.
“Hay una mejoría muy mínima, todavía no se recupera uno. Además, todo ha subido, como la gasolina y las refacciones para el vehículo. En estos tiempos uno trabaja más y gana menos. Por ejemplo, si antes me llevaba 400 pesos al día, a la fecha apenas junto 200 o 250 pesos”, apuntó.
Dijo que diariamente empieza su jornada a las cinco de la mañana y llega a su casa a las 10 u 11 de la noche, pero en ocasiones con mucho esfuerzo solo reúne 50 o 100 pesos, pues también debe entregar la cuenta y el dinero para la gasolina.
“Por lo menos sacamos para los gastos, ya no es como antes, que muchos decían que se hacían ricos en la ‘ruta’, ya no alcanza ni para ahorrar”.