Serafín Onofre Torres afirma que aunque encontró en el transporte una forma honesta de ganarse la vida, sin embargo, por buscar el bienestar económico de su familia su matrimonió se desmoronó.
El entrevistado asegura que hace 58 años empezó a trabajar como chofer de tráiler y luego en autobuses y con tanta carga de trabajo en ocasiones pasaba hasta 15 días sin ver a su familia.
Aunque a sus hijos no les faltó comida ni vestimenta ahora reconoce que les faltó él.
“Lo bueno es que a pesar de tanta peligrosidad que hay en la carretera siempre llegué completo a mi casa y lo malo es que por irme tanto tiempo perdí a mi pareja. Ella se fue con otro, no pudo aguantar, pero yo me fui para buscar el bienestar de ellos, porque nunca les faltó dinero ni comida. Siempre estaba trabajando; fue el cambio que tuve por irme tanto tiempo”.
Con su primer matrimonio -dijo- tuvo siete hijos, pero solo su hija siguió sus pasos y trabaja como chofer de tráiler en Monterrey. Los demás estudiaron hasta la primaria y sólo el mayor concluyó la secundaria.
“Empecé a trabajar como a los 15 años de edad. Me casé y después de los 33 años de casado me di cuenta de la infidelidad y me separé; ahorita tengo una pareja y una niña de nueve años y es diferente porque solo trabajo de lunes a viernes y fines de semana estoy en la casa con ellas”.
Actualmente, Serafín tiene 72 años de edad y refiere que no deja el trabajo en la Ruta 6 porque se siente a gusto y, además, es su oficio de toda la vida.
Asegura que no ha pensado en dejar el volante porque se siente fuerte y tiene la creencia de que debe estar activo o de lo contrario podría contraer alguna enfermedad.
“Siento que si estoy en la casa me voy a entiesar y ya no voy a servir. Por ejemplo, los días que descanso busco algo qué hacer en la casa porque estar activo me hace sentir feliz”.