Alvin, quien trabaja como operador del transporte público, afirma que todos los días pide a los pasajeros que utilicen el cubrebocas pues, a su juicio, más del 80 por ciento de las personas que abordan su unidad dejaron de usarlo.
El trabajador del volante dice que hace esta observación porque tiene miedo de contagiarse otra vez de covid-19 e infectar a su familia.
“Aunque siempre traigo el cubrebocas tengo miedo de contagiarme, porque en agosto del año pasado me infecté y dejé de trabajar un mes. Afortunadamente mi esposa trabaja y ella me ayudó con los gastos en la casa”.
Contó que el 8 de agosto del año pasado terminó su jornada laboral y cuando llegó a su casa empezó con malestares, principalmente dolor de cuerpo. Al día siguiente acudió a su trabajo, pero solo terminó un recorrido y avisó a su patrón que acudiría a realizarse una prueba de detección del virus, para no exponer a sus colegas.
Al saber que era positivo decidió aislarse en su domicilio.
“Tengo miedo porque mi mamá y mi hermana estuvieron graves, al grado de ocupar el tanque de oxígeno. Sentía que se me iban. Por eso siempre me cuido, porque los síntomas son feos”.